Como funcionaria activa de la Alcaldía Libertador, Yuraima Pino creyó contar con la cobertura de servicios funerarios. El lunes 18 de marzo murió su bebé de 24 horas de nacido. No quiso ofrecer detalles.
Por ROSIBEL CRISTINA GONZÁLEZ / El Nacional
En la tarde, Pino envió a su hija mayor para agilizar los trámites funerarios, con los supuestos beneficios del organismo público, pero en la tarde de ese lunes desde la gerencia de Atención al Ciudadano, le indicaron que no cubría el monto requerido.
La falta de recursos económicos llevó a Pino a solicitar la donación de un ataúd y una funcionaria le dijo: “Aquí no tenemos para donaciones, búsquese seis tablas y haga su urna”.
El cuerpo del bebé permaneció cinco días en las cavas de la morgue de Bello Monte, a la espera de que los familiares reunieran el dinero para la urna y los actos fúnebres.
“Mi sueldo no alcanza ni para un pasaje porque además trabajo como obrera. Esto es lo que recibimos de un organismo del Estado, donde supuestamente tenemos beneficios”, dijo Pino, a la espera del retiro del cuerpo de su bebé, gracias al apoyo económico que le brindó un hermano.