La artista mexicana Teresa Margolles inauguró una exposición sobre la migración de venezolanos a Colombia, denominada “Estorbo” y que se extenderá hasta el 26 de mayo, en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo).
“Es una acción poética que se hizo para que se entendiera el peso que traen en la espalda”, dijo la artista a Efe acerca de lo que cargan las mujeres al cruzar la frontera desde el estado venezolano de Táchira, que alberga el principal paso fronterizo con Colombia.
En “Estorbo”, que fue inaugurada este jueves, la mexicana revela a través de fotografías, videos e instalaciones la vida de estos migrantes.
El trabajo forma parte de una investigación que comenzó en 2017 en el Puente Internacional Simón Bolívar.
Ese viaducto internacional lo cruzan diariamente decenas de miles de venezolanos, algunos con el objetivo de dejar atrás la crisis que se vive en su país y otros para adquirir comida y medicamentos.
La artista explicó que a raíz del reciente cierre de la frontera entre Colombia y Venezuela los ciudadanos del segundo país “ya no pasan por arriba del puente sino por los ríos y las trochas”.
“Eso hace que tengan que llevar una especie de petral en la cabeza donde están cargando bultos de mercancía”, comentó.
Además, una forma de ganar dinero para las venezolanas es cobrar por llevar de manera ilegal a Colombia la mercancía de los viajeros con carretillas.
Estas personas, conocidas popularmente como “carretilleros”, cobran entre 2 y 6 dólares y en muchas ocasiones “cargan tres veces más del peso (de su propio cuerpo), dañándose el cuello y los riñones”, detalló Margolles
El propósito para la artista es enviar un mensaje de reflexión y denuncia sobre las condiciones en las que viven cientos de miles de inmigrantes al pasar por los peligros de la frontera.
La ecléctica formación de Teresa Margolles incluye estudios de Arte, Medicina Forense y Ciencias de la Comunicación. Es reconocida por utilizar la carne muerta como representación artística de la violencia, la injusticia y la muerte.
Algunas de sus obras más conocidas son “La lengua” y “La Promesa”.
“Yo trabajo con la pérdida y el asesinato, con el dolor que deja en una familia (…) Más que del cadáver en sí, hablo de lo que queda, de cómo queda una sociedad dañada cuando sucede un asesinato”, concluyó la artista.
EFE