Tanques de agua, velas y baterías están entre los productos cada vez más buscados por los venezolanos, quienes temen que las interrupciones del servicio eléctrico sean más frecuentes luego de sufrir dos extensos apagones en un mes.
Nicolás Maduro anunció en una transmisión televisada el domingo por la noche un plan de 30 días de “régimen especial de administración de cargas”, una frase que en las redes sociales fue mayormente interpretada como un racionamiento del servicio de energía.
Maduro no ofreció detalles sobre cómo funcionaría el plan y la semana pasada mencionó por primera vez “la gestión de carga” de energía para el país.
“Me he visto en la necesidad de comprar tres pipotes de agua adicionales”, dijo Mauricio Fuenmayor, un comerciante de 59 años.
Contó que durante el segundo corte de luz del 25 marzo, que afectó por tres días a gran parte del territorio, los envases pequeños que tenía en su casa resultaron insuficientes para afrontar la crisis.
“Con esos tanques tengo agua para como para 15 días, si la uso para alimentos e higiene personal”, agregó Fuenmayor, quien dijo que por la falla se le dañó su cocina y mientras, intenta arreglarla, ahora depende de amigos para preparar la comida.
Tras padecer dos mega apagones en marzo, que afectaron el bombeo de agua y la telefonía, a los venezolanos les inquieta que las suspensiones del servicio eléctrico sean una nueva normalidad y se arman con tanques, velas, baterías y linternas.
“Me quedan tres velas y estamos comprando más, porque hay contingencia”, dijo Mariana Barreto, una ama de casa de 29 años que estaba en un supermercado de Caracas.
El régimen de Maduro atribuye las fallas a un “sabotaje” de la oposición política, pero especialistas advierten que la crisis del sector, que tiene una década, obedece a la falta de inversión y mantenimiento en la infraestructura.
En los últimos días “se han vendido más baterías portátiles para celulares, linternas y cargadores para vehículos”, dijo Jesús García, encargado de una tienda de electrodomésticos en Caracas. “Las ventas aumentan por el temor de que falte la luz”.
En los negocios los tanques se comercian con rapidez.
“Llegan los tanques y se los llevan”, comentó Gabriela Rojas vendedora de una tienda en el este de Caracas, donde quedaban unos pocos envases de 20 litros cada uno.
En otro local de venta de tanques plásticos en el centro de Caracas, los recipientes de 40, 50 y 60 litros ya estaban agotados el lunes y sólo quedaban los más grandes de 140 o 150 litros y de mayor precio: 250.000 o 273.00 bolívares (entre 83 y 91 dólares). El salario mínimo mensual en Venezuela es de 18.000 bolívares, unos seis dólares.
Expertos eléctricos señalan que cada interrupción del servicio de energía eléctrica implicará una respuesta más lenta.
“Estas fallas eléctricas no serán de corto plazo”, señaló Beatriz Ramírez, de 59 años, quien estaba en un comercio adquiriendo baterías para las linternas.
Con información de Shaylim Valderrama / Reuters