La ayuda de Rusia a Venezuela no es humanitaria, sino un negocio militar. Recientemente, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró junto a Delcy Rodríguez que “su país a través de la ayuda humanitaria”, contribuiría con la solución de la crisis económica y social que padece el país.
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El ministro de Relaciones Exteriores ruso también mencionó que su nación ya había enviado “una primera carga de 7.5 toneladas de medicamentos” a Venezuela y que examinaban “una segunda lista” solicitada por Caracas. Este anuncio generó mucho revuelo, porque el régimen de Maduro había negado el cargamento humanitario de Estados Unidos y países de la región, calificándolo de “cancerígeno, show y de ser trampa para invadir el país”. Sin embargo, ahora le abre las puertas a Moscú para “colaborar” en esta materia con Venezuela.
Ahora bien, la cooperación que el país ha visto de Rusia ha estado circunscrita al tema militar y a los jugosos convenios que existen entre ambos gobiernos en este ámbito. La llegada de dos aeronaves rusas con un centenar de soldados y los ejercicios militares en conjunto con la Fuerza Área venezolana son una muestra de ello.
Promesas incumplidas
Una semana después de que Maduro confirmara la noticia sobre el arribo de 300 toneladas de medicamentos provenientes de Rusia, la presidenta del Colegio de Enfermeros del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras, aseguró que los insumos no habían sido entregados a ningún hospital del país. “Fuimos objeto de mentiras por parte del gobierno que hoy usurpa Nicolás Maduro. ¿Dónde están los medicamentos que iban a llegar al Periférico de Catia, o al Pérez de León? Usted ha mentido al país”, sentenció Contreras.
El Asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, se pronunció en la misma línea que Contreras, señalando en su cuenta Twitter que “Maduro ha mentido sobre la crisis humanitaria en Venezuela, contrata criminales para quemar alimentos y medicinas destinadas para los venezolanos y ahora está mintiendo sobre la supuesta ayuda de Rusia”.
Estas denuncias de ausencia de ayuda humanitaria rusa han contrastado con el visible aumento de la influencia de Moscú dentro del sector militar venezolano y en las decisiones estratégicas sobre seguridad y defensa de nuestra nación.
Para la directora de la ONG Control Ciudadano, Rocio San Miguel, esta cooperación, además de estar enmarcada en lucrativos negocios para las cúpulas de ambos regímenes, podría significar una “escalada en la represión” debido al equipamiento de fuerzas de choque con armamento ruso. “En una situación donde hay una máxima vulnerabilidad en la ciudadanía que protesta y resiste, la represión podría adquirir otro nivel con la utilización de mercenarios”, destacó San Miguel.
Por su parte, expertos en resolución de conflictos militares han advertido que Rusia busca, a través de la exportación de material bélico al régimen de Maduro, exacerbar la conflictividad política y social, con el propósito de tomar el control de las decisiones de seguridad y defensa de los países para que obedezcan a sus intereses económicos, tal y como ocurrió en Siria.
A pesar de que Maduro durante los últimos meses ha alardeado sobre un irrestricto apoyo del Kremlin, queda claro que el objetivo de Rusia es prolongar el conflicto venezolano para seguir gestionando lucrativos negocios y tomando control de zonas estratégicas de la riqueza mineral del país.