Guillermo Bello Vicentini: A mi maestro viviendista

Guillermo Bello Vicentini: A mi maestro viviendista

Recuerdo que a mis escasos 20 años, reclamé a mi maestro su decisión de abandonar el trabajo en su prospera empresa constructora, aquella que había fundado, para ir a trabajar a un puesto de gobierno. Pero recibí de él la respuesta que represento su sentido de vida … sus dos razones;

“La primera, porque no preste servicio militar y estoy en deuda con mi país y segundo, hay que atender el problema del crecimiento de la marginalidad urbana o no vamos a poder vivir en Venezuela.”

Como presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) 1970-1973 y fundador – presidente del Instituto de Previsión Social de los Ingenieros, Arquitectos y Afines (IPSIA) 1966-1974 (cinco periodos) y con su recorrido por  Venezuela, descubrió la gran capacidad de ingeniería que existía a lo largo y ancho de Venezuela y tomo las mejores ideas y conceptos posibles para colaborar en la formación de un programa de viviendas populares que lo llevo a la presidencia del BANCO OBRERO* (1972-1974). Mantuvo su concepto de construcción de viviendas mediante el sector privado, pero con apoyo gubernamental, lo que permitió incluir y promover una gran  cantidad de empresas privadas de construcción para ingenieros de la época. Esto permitió que se pudieran desarrollar grandes urbanismos, parcelas con servicios básicos, macroparcelas y viviendas en pendiente por primera vez en país.Ese programa de construcción masiva de urbanismo y vivienda, tiene su máximo  en 1973 con algo más de 106.000 viviendas nuevas, construidas por venezolanos, con sus respectivos documentos de condominio, de propiedad y vendidas con hipoteca a largo plazo… Como parte de su enseñanza tuve la suerte de acompañarlo en varias giras de inspección y trabajo, ricas en experiencias y sabiduría de muchos ingenieros y promotores venezolanos en distintas ciudades de Venezuela.  Pero las de mayor impacto y de mayor reflexión personal en materia de viviendas, fue las visitas en plena construcción de Caricuao (Caracas), La Isabelica (Carabobo) y El Saladillo (Zulia). Desarrollos impresionantes que por su belleza y magnitud  motivaron mi futuro hacia la vivienda y su importancia en la lucha por un mejor vivir de los mas necesitados. Recuerdo que en la Visita a Caricuao pregunte: Porque tantas empresas ??? …acertadamente la respuesta de mi maestro fue,





“Mientras más empresas privadas participen tenemos más seguridad de éxito y más ingenieros venezolanos creando y trabajando por Venezuela”

En nuestras tertulias recalcaba cada vez, que existe un país formal y organizado que crece lentamente y en la acera de enfrente otro país informal y marginal que crece rápidamente y se multiplica destruyendo el formal. Para revertir la tendencia hay que lograr una integración positiva de mejorar el país marginal mediante urbanismos masivos, nuevas viviendas, áreas de servicios, cooperación y educación comunitaria en la búsqueda de una mejor calidad de vida.

Al finalizar mis estudios comencé a trabajar con él, en su empresa promotora-constructora disfrutando de todos sus consejos y aplicando su experiencia en los desarrollos que realizamos juntos. Al comenzar su retiro, lo mantuve informado del tema de viviendas por muchos años.
Doy gracias a Dios por la suerte y el honor de haber tenido, a una puerta de por medio de mi escritorio y por más de 40 años a un gran hombre; MI PADRE. Mi agradecimiento por transmitirme e inculcarme la motivación por el tema de la vivienda y su importancia como herramienta de lucha contra la marginalidad.

Ing. Guillermo Bello Betancourt (1929-2019) su alma descanse en Paz !!!