El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, manifestó hoy que han detectado la presencia en la isla de al menos 130 personas sospechosas de tener vínculos con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que reivindicó los atentados con 253 muertos del domingo, y añadió que han arrestado a 70 de ellos.
Las autoridades tienen “información” sobre la existencia de entre 130 y 140 sospechosos vinculados a la formación terrorista, de los que la mitad han sido ya arrestados y los restantes lo serán “muy pronto”, indicó el dirigente esrilanqués en una comparecencia de prensa en Colombo.
“Voy a extirpar al EI de Sri Lanka, nuestra Policía y fuerzas de seguridad son capaces de lograrlo”, aseveró, al tiempo que anunció que la nación isleña aceptará ayuda de otros países para luchar contra el grupo yihadista.
Sirisena reveló que la persona que lideró los ataques del pasado domingo, identificada como Mohamed Zahran, de la formación local National Thowheed Jamath (NTJ) -a la que las autoridades señalan por los atentados-, murió en una explosión en el Hotel Shangri-La en la capital.
En cuanto a las responsabilidades por la inacción ante la información de inteligencia compartida con las autoridades esrilanquesas sobre un posible ataque, el presidente prometió medidas contra los oficiales que cometieron negligencia y prometió una “completa” reestructuración de los órganos de seguridad.
Advirtió de una estrecha relación entre el extremismo y el tráfico de drogas, una lacra contra la que su Gobierno ha tomado varias medidas controvertidas en los últimos meses.
La serie de ataques ocurridos el domingo casi simultáneamente en tres hoteles de lujo y tres iglesias en Colombo y otras ciudades del país, fueron cometidos por al menos nueve suicidas cargados de potentes explosivos.
Horas después, una séptima detonación tuvo lugar en un pequeño hotel situado a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial, también en Colombo.
Las autoridades redujeron ayer a 253 el número de muertos en la serie de atentados, unos cien menos de los reportados previamente, un descenso que explicaron por la dificultad de contabilizar los miembros amputados.
En Sri Lanka la población cristiana representa el 7,4 %, mientras que los budistas son el 70,2%, los hinduistas el 12,6 % y los musulmanes el 9,7 %, según datos del censo de 2011.
Las tensiones interreligiosas en la isla han sido comunes en el pasado, con incluso choques comunales y la declaración del estado de emergencia en el país para controlar la violencia.
Sin embargo, atentados de esta magnitud no habían tenido lugar en Sri Lanka desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, y que causó, según datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos.
EFE