El finlandés Valtteri Bottas encabezó el doblete del equipo Mercedes por delante de su compañero el británico Lewis Hamilton -campeón mundial- en el GP de Azerbaiyán y recuperó, por un solo punto, el liderato en el Mundial de Fórmula Uno después de cuatro carreras.
Partiendo desde la “pole”, Bottas, que el año anterior cedió a Hamilton la victoria en el circuito urbano de Bakú por culpa de un pinchazo, ganó esta vez a su compañero. Inclinó de su lazo el primer pulso de la estrecha salida y conservó el primer puesto hasta el final, aunque el británico se le acercó mucho.
Hamilton, segundo, retrocede a esa misma posición en el Mundial, a un solo punto del finlandés (88 frente a 87 puntos).
El español Carlos Sainz (McLaren), quinto el año pasado aquí, sostuvo una lucha hasta el final con su compañero de equipo el británico Lando Norris, al que superó, y con el mexicano Checo Pérez -podio en 2018-, que le ganó el duelo por la sexta plaza.
El circuito urbano de Bakú proponía un trazado sinuoso y una carrera imprevisible, no solo porque ha registrado tres ganadores diferentes en tres años (Nico Rosberg en 2016, Daniel Ricciardo en 2017 y Hamilton en 2018), sino porque en los dos últimos el piloto que partía desde la pole ni siquiera subió al podio.
Esa vez partió por delante Valtteri Bottas, que se hizo con la “pole” al superar por 59 milésimas a su compañero Lewis Hamilton, aprovechando que el monegasco Charles Leclerc, que había dominado los libres, estrelló su Ferrari contra las barreras en la sesión de clasificación sabatina.
Con el semáforo en verde, Bottas sostuvo un bello pulso con Hamilton para defender su primer puesto en la salida, en la que Checo Pérez se hizo con el cuarto puesto, aunque dos vueltas después tuvo que devolver la plaza al holandés Max Verstappen.
Bottas y Hamilton se profesaron mutuo respeto, conservando la línea en el arranque, y luego a lo largo de las 51 vueltas al circuito.
Mientras los dos Mercedes dominaban la punta, Leclerc, que partió desde el noveno puesto en la parrilla, fue ganando terreno a un ritmo espectacular. En diez vueltas se había situado cuarto, a la caza de Bottas, Hamilton y de su compañero de Ferrari, el alemán Sebastian Vettel, que hizo su primera parada en el duodécimo giro.
Una vez que Bottas y Hamilton hicieron su primera parada, Leclerc aguantó en cabeza, exprimiendo los neumáticos medios hasta la vuelta 35. Por detrás, el finlandés no terminaba de alcanzarlo (lo hizo en el giro 32), mientras que, a su vez, sentía cada vez más próximo a Hamilton, que se beneficiaba del tapón ejercido por el líder.
El grupo delantero se comprimía cada vez más, con los cuatro primeros en un margen de siete segundos cuando se habían cubierto treinta de las 51 vueltas. Una salida del coche de seguridad podía complicarlo todo, y estuvo a punto de suceder en la vuelta 30, cuando el australiano Daniel Ricciardo se pasó de frenada y, marcha atrás, se tocó con el ruso Daniil Kvyat.
Pero los dos coches estaba fuera de los márgenes del circuito y no hubo safety car.
Leclerc se fue a boxes en el giro 35 para calzar sus neumáticos blandos hasta el final, y los dos Mercedes reanudaron su combate en cabeza, con el Ferrari de Vettel a dos segundos de Hamilton.
Un coche de seguridad virtual en la vuelta 40, debido a una avería mecánica del Red Bull del francés Pierre Gasly, no modificó las posiciones delanteras. Por el tercer puesto luchaban el Ferrari de Vettel y el Red Bull del holandés Max Verstappen.
A falta de cinco giros Hamilton se puso a segundo y medio de Bottas. Mercedes tenía un nuevo doblete en las manos que sólo una refriega por el triunfo entre sus dos pilotos podía poner en peligro, pero no ocurrió nada. El británico se acercó a menos de un segundo y no se atrevió a más.
Leclerc, quinto, tuvo que conformarse con batir el récord de la pista con un crono de 1:43.009.
EFE.