“Lo que más vendemos es el pellejo. Aquí viene la gente y nos pide un kilo de pellejo que no esté podrido“, así lo expresó Marielia Aranguren, encargada de una carnicería en el Mercado San Juan. Lo que se supone es el desecho que dejan los cortes de la carne, ahora son el alimento diario de muchos venezolanos. Su precio en este establecimiento vale dos mil bolívares el kilo en efectivo, y se acaba temprano porque es lo más buscado. Así lo reseña laprensalara.com.ve
En una carnicería de Barrio Unión, Valmore Araque, dueño del establecimiento contó que las ventas de la carne de primera como el lomito y el solomo son contadas a la semana, al igual que cortes como el bistec, mechar o guisar, “Aquí lo que se agota primero es la asadura, el bofe y la carne molida; esta última la buscan mucho porque la gente lo rinde con vegetales”, dijo.
Así como en este establecimiento, las carnicerías del Terepaima lucen repletas de carnes, pero con pocos compradores,.”Dame cinco mil bolívares de molida“, decía una señora, mientras esperaba que Pedro González la atendiera, quien comentó que las ventas se mantienen en esas pequeñas proporciones. “Ya la gente no compra ni siquiera un kilo de carne, nos piden medio kilo o menos de 200 gramos porque no la pueden pagar”, comentó.
Cristóbal Escobar, pensionado, se detuvo en un frigorífico del mercado Bella Vista, pidió 500 bolívares de hueso rojo, y le vendieron un pequeño puño. “Son contadas las veces que puedo saborear la carne, esto es para hacer una sopa y que al menos me quede el sabor, antes yo compraba hasta siete kilos de carne al mes, pero ya lo que recibo de la pensión no me alcanza para nada”, expresó.
Son pocos los ciudadanos que ahora destinan parte de sus ingresos en adquirir la proteína animal, de 20 personas consultadas, sólo tres manifestaron hacer un sacrificio y comprar aunque sea medio kilo de carne molida semanalmente.
“Hay que tratar de hacerlo, porque comer sólo granos, pasta o arroz todos los días no es balanceado”, manifestó Dusman Díaz, albañil.