El caradurismo del desgobierno no tiene límites, al anunciar al unísono que la Constituyente llegará hasta diciembre del 2020 y que convocarán a unas nuevas elecciones parlamentarias. Es absurdo y contraproducente tener dos instancias legislativas al mismo tiempo. Una Constituyente es tal y como lo señala la ley para hacer una nueva Constitución. No para resumir todo el poder en el Ejecutivo y acabar con la independencia de poderes como han hecho. Nacería esa nueva Asamblea Nacional maniatada y con plomo en el ala ante tamaño sin sentido.
La alternativa democrática debe presentarse unida frente al desgobierno y apoyar incondicionalmente al “Grupo de contacto”. Su objetivo tal y como lo señaló su partida de nacimiento es que se realicen unas elecciones presidenciales libres, creíbles y justas. La semana pasada el desgobierno sostuvo un encuentro con el ente designado por la Unión Europea. Todo un contrasentido, por la brutal arremetida contra el parlamento y las violaciones cometidas a la inmunidad parlamentaria de cerca de una treintena de diputados.
Cuando se revisan las razones de la creación del “Grupo de Contacto” se encuentran a la vez: el que se libere a los presos políticos, se renueve el Consejo Nacional Electoral, se reviertan las inhabilitaciones, entre la ayuda humanitaria y vengan observadores electorales fiables para la verificación de las elecciones. También se dió esta semana una reunión en Noruega con representantes de los dos bandos y el gobierno salió presuroso a decirle al mundo que está feliz de que se inicie un nuevo diálogo, a pesar del carácter privado que debía de tener la reunión. Con el supuesto diálogo lo único que busca el régimen una vez más es ganar tiempo, y dejar a los EE.UU como los victimarios.
Las ideas que maneja el desgobierno son la antítesis de lo que plantea el “Grupo de Contacto” y la prueba más fehaciente es no sólo como actúa contra la oposición, sino su reiterado discurso de negar unas nuevas elecciones presidenciales. Para la mayoría de la población quedó claro que las elecciones de Mayo pasado fueron fraudulentas, al entre otras muchas irregularidades inhabilitarse a los principales candidatos y partidos y ofrecerse bonos de recompensa por votar por el oficialismo. Así mismo el Tribunal Supremo en el exilio condenó al usurpador por el caso Odebrecht por lo que debería estar el prisión.
En todo caso, hay que concentrarse en los objetivos y en la razón de ser del “Grupo de Contacto” para que una vez más el régimen quede al descubierto y la comunidad internacional vuelva a desenmascarar al impostor.
Ojalá el desgobierno ante su incapacidad para sacarnos del foso decidiera la salida electoral. Se podría primero convocar al referéndum revocatorio que no realizaron de acuerdo a la Constitución, y el nuevo gobierno de transición en 30 días tendría que llamar a elecciones libres.
@OscarArnal