En un informe elaborado por un equipo multidisciplinario de ingenieros, y entregado a la Comisión de Servicios de la Asamblea Nacional para ser debatido e incluido en el Plan País, se estima en un 50% el déficit de personal especializado para atender las actividades de operación y mantenimiento de las redes eléctricas del país, publica el diario El Universal.
El documento, coordinado por Beatriz Montero, miembro del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) y de la Asociación Venezolana de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos y Profesiones Afines, (Aviem), detalla los múltiples factores que atentan contra el buen funcionamiento del área de Distribución eléctrica, que comprometen la confiabilidad del sistema y, en consecuencia del servicio.
Precisa la investigación que “para 1998, el país estaba totalmente dotado de electricidad, con una capacidad de generación de 14.000 megavatios (MW) suficiente para cubrir una demanda máxima nacional de alrededor de 11.000 MW. Los sistemas de transmisión desde Guayana hasta el Zulia y los estados andinos, Apure y Amazonas, lograban que el servicio eléctrico llegara a todos los rincones del país, incluyendo las áreas rurales, utilizando las diferentes redes de distribución”.
Este impulso hacia la electrificación del territorio, sostiene la publicación, produjo un incremento en el estándar de vida de los venezolanos y permitió que el país se incorporara a las naciones en vías de desarrollo con notable progreso en las áreas de educación, comercio, industria, agroindustria, tecnología, telecomunicaciones.
Carencias y fallas
Los especialistas participantes del estudio argumentan que “desde hace más de diez años, esa disponibilidad de electricidad no puede ser utilizada en aproximadamente 30 % de los hogares, es decir por 9 millones de habitantes, debido a los recurrentes apagones” con algunas excepciones en Caracas.
En las principales ciudades del país, como Coro, Cumaná, Ciudad Bolívar, Maracaibo, Trujillo, Mérida, San Cristóbal, San Fernando de Apure, Maracay, “las interrupciones son a veces diarias, interdiarias y las mismas duran más de 4 horas e incluso días, con un impacto adverso en la cotidianidad y en los procesos productivos que son paralizados”.
Entre las causas del deterioro del sistema eléctrico, específicamente del área de Distribución, destacan: déficit de mantenimiento de las redes; falta de revisión y sustitución de cableados en mal estado, tanto por haber cumplido su vida útil como por vandalismo; falta de cambio de transformadores dañados o sobrecargados; ausencia de limpieza, pica y poda; falta de control sobre las conexiones ilegales; y falta de transformadores de distribución, aéreos y subterráneos, cables desnudos y aislados, conectores, seccionadores, pararrayos y herramientas.
Incide también el déficit de personal estimado en un 50% para atender las actividades de operación y mantenimiento de las redes afectando en la duración de las interrupciones y su capacidad de repuesta. “Es notable la carencia de profesionales y técnicos a todos los niveles: linieros, ayudantes, caporales, supervisores, ingenieros de campo y administrativo de apoyo. Esta carencia existe tanto por un éxodo masivo, dadas las condiciones salariales como por falta de incentivos”, resalta el texto.
En adición, el documento, se refiere a las limitaciones de los sistemas eléctricos. “Actualmente 70% de las subestaciones no posee capacidad firme, es decir, con la falla de un transformador habrá inexorablemente o sobrecarga con los instalados o racionamiento de electricidad en diferentes zonas”.
Del mismo modo se presentan “sobrecargas sostenidas en subestaciones, circuitos primarios y transformadores, ocasionando niveles bajos de voltaje y mala calidad del servicio; y limitada capacidad de transferencia entre subestaciones y entre alimentadores”.
En otro segmento del informe, coordinado por Juvencio Molina e integrado, entre otros, por Winston Cabas (presidente de Aviem) enfatiza el desbalance de la generación eléctrica actual. Y revela que de los aproximadamente 34.165 MW de generación instalados a nivel nacional, el sistema dispone de una capacidad operativa para servir el 66% de la demanda histórica requerida lo cual se traduce, en cubrir apenas 8.565 MW de una demanda aproximada de 13.000 MW.
Se mantiene una demanda no servida permanente a nivel nacional en un rango del 34 al 40% de la demanda. Es decir, la condición de deterioro del sistema obliga a racionar un rango estimado de demanda de 4.400 a 5.200 MW, resalta el texto.
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