Cada teléfono celular cuenta con un chip o tarjeta SIM que, además de contener el número del equipo, también almacena información sobre contactos, fotos, videos, ubicación e incluso datos personales de la cuenta bancaria del dueño del dispositivo.
Por eso, robarla es un negocio que puede resultar muy lucrativo para los hackers.
La técnica para llevar a cabo el “SIM Swapping” consiste en confundir a los vendedores de empresas de celulares y lograr que transfieran los números a tarjetas controladas por ellos.
Carlos Vico, teniente del grupo de delitos tecnológicos de la Guardia Civil de España, explicó a El País que este tipo de estafa implica el robo previo de los datos de la cuenta bancaria de las víctimas, pues con esa información crean una identidad falsa.
Luego, el paso que sigue es llamar a un operador y decirle que la tarjeta SIM se perdió o se dañó, y que es necesaria una reposición.
De esta manera, los hackers acceden a la cuenta bancaria y a otro tipo de información que les pueda resultar de utilidad.
El duplicado de la tarjeta SIM es fundamental para obtener la doble verificación que muchos bancos exigen para hacer pagos, y que muchas veces consiste en el envío de un mensaje de texto al teléfono del titular para que confirme la operación con un código que se le proporciona.
Así le ocurrió a Mario Fernández (nombre falso), un hombre entrevistado por el diario español que de un día para otro perdió miles de euros sin saber explicar qué ocurrió exactamente.
Según su relato, todo comenzó un día que su celular dejó de tener cobertura, a pesar de que lo reinició en repetidas ocasiones.
Confundido, decidió llamar a su compañía telefónica para que le explicaran que había sucedido, y fue entonces que descubrió que algo no estaba del todo bien. “Me dijeron que había solicitado un duplicado de mi tarjeta SIM en una sucursal de otra ciudad”, detalló, “y les contesté que no era así”.
Lo siguiente que hizo fue revisar su cuenta bancaria online, pero descubrió que estaba bloqueada. Inmediatamente se puso en contacto con su banco y le informaron que habían bloqueado su tarjeta tras detectar varios “movimientos extraños”.
Cuando revisó su saldo encontró que varios miles de euros habían desaparecido, y no sólo eso, también descubrió que alguien había utilizado su identidad para solicitar un préstamo por otros 50.000.
“Cuando vi la cuenta del banco me tuve que ir a urgencias para que me dieran algo para tranquilizarme”, explicó.
Por fortuna, su caso no implicó grandes pérdidas económicas, pues la Guardia Civil atendió su denuncia. Sin embargo, en la mayoría de los casos este tipo de estafas son difíciles de detectar, y casi siempre cuando se logra ya es demasiado tarde.
¿Cómo protegerte?
Usa una contraseña grabada con tu voz o un PIN adicional
No compartas demasiada información en internet ni en tu celular
Mejor envía WhatsApp que SMS (estos últimos no son encriptados)
Dile a tu operadora móvil que pida más datos para identificarte
No vincules tus cuentas bancarias a tu celular
NUNCA le des a nadie tu código PIN
Por Infobae