Pellejos de pollo y grasa de carne son las opciones a las que recurren los venezolanos de escasos recursos para tener acceso a la proteína animal. Esto en respuesta a la crisis económica, que según dicen, ha liquidado sus ingresos.
Por Adriana Núñez Rabascall / Voz de América / lapatilla.com
En plena calle y sin ningún tipo de medidas sanitarias o de conservación, vendedores informales ofrecen en los barrios pobres de Venezuela la piel del pollo y la grasa de la carne que otros descartan.
“La necesidad y la crisis que hay en el país, ya el pueblo no aguanta más esto”, ” se lo comen con arroz o lo guisan y se lo echan a los perros o para ellos mismo comérselos, para sacar aceite, para fritar para todo”.
Las moscas se paran sobre la mercancía pero eso poco importa a los habitantes de Petare el barrio pobre más grande de Venezuela, pero eso poco le importa a Vladimir, residente de Petare, pues como explica es lo poco que puede pagar con su salario.
El Observatorio Venezolano de la Salud, advierte que el consumo de estas grasas a largo plazo puede provocar enfermedades cardiovasculares.