Los militares que dirigen Sudán anularon el martes un acuerdo de transferencia del poder negociado con la oposición y anunciaron elecciones generales en un plazo de nueve meses, al día siguiente de una sangrienta represión de manifestantes que dejó 35 muertos en Jartum.
“El número de personas muertas por la represión del Consejo Militar frente a la sede militar supera las 35. Cientos de personas están heridas”, detalló el último comunicado del Comité Central de Médicos Sudaneses difundido este martes.
Tras el anuncio de los militares, los líderes de la protesta llamaron a la “desobediencia civil total” para derrocar al Consejo Militar de Transición que tomó el poder tras la destitución del presidente Omar al Bashir el 11 de abril pasado.
El Consejo Militar de Transición “decidió cesar las negociaciones con la Alianza por la Libertad y el Cambio (ALC), cancelar lo que había sido acordado y celebrar elecciones generales dentro de nueve meses”, declaró su jefe, el general Abdel Fatah al Burhan.
Esta declaración se produjo pocas horas después de que las fuerzas armadas sudanesas dispersaran violentamente a los manifestantes que llevaban semanas protagonizando una sentada de protesta para exigir el pase del poder a manos civiles.
Miembros de las fuerzas de seguridad fuertemente armados y en furgonetas con ametralladoras se desplegaron por toda la capital, mientras se oían disparos en el lugar de la sentada, según un periodista de la AFP.
La Asociación Sudanesa de Profesionales, un actor clave dentro de la ALC, urgió a la población a manifestarse nuevamente el martes, día del fin del Ramadán, para “orar por los mártires” y “manifestarse pacíficamente”.
Estados Unidos condenó este lunes la “brutal” represión militar contra manifestantes en Sudán.
– Piden investigación –
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el “uso excesivo de la fuerza” por parte de los militares y pidió una investigación independiente.
Por su parte, el Reino Unido y Alemania solicitaron una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. De acuerdo con fuentes diplomáticas de esos países, la reunión podría realizarse el martes, a puertas cerradas.
Al iniciarse la represión, un portavoz militar declaró que las fuerzas de seguridad habían actuado en una zona peligrosa aledaña a la sentada, apodadado “Colombia”.
“No hemos dispersado la sentada por la fuerza”, declaró un portavoz del Consejo, el general Shamsedin Kabashi, al canal de televisión Sky News Arabia, con sede en Emiratos Árabes Unidos.
Las fuerzas de seguridad intervinieron en “Colombia” una “fuente de corrupción y actividades ilícitas”, agregó.
– “Matanza” –
la ALC, punta de lanza de las protestas condenó la represión. “No queda nadie” ante el cuartel general de las Fuerzas Armadas, “únicamente los cadáveres de nuestros mártires que no fue posible evacuar”, señaló en un comunicado el lunes.
“Anunciamos el fin de todo contacto político y de negociación con el Consejo golpista”, afirmó en un comunicado.
Las relaciones entre militares y manifestantes se tensaron tras el fracaso el mes pasado de las negociaciones, que dio pie a varias advertencias de los generales que gobiernan el país.
– Apoyo saudita –
El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, la antigua potencia colonial, condenó “el ataque a los manifestantes” y lo calificó de “paso escandaloso”.
“El Consejo Militar es plenamente responsable de esta acción y la comunidad internacional le pedirá cuentas”, escribió Jeremy Hunt en Twitter.
Amnistía Internacional instó a considerar “todas las formas de presión pacífica, incluyendo sanciones específicas a aquellos miembros de las autoridades transitorias sudanesas responsables de los violentos ataques” del lunes.
El general Abdel Fatah al Burhan, jefe del gobernante Consejo Militar, visitó recientemente Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, tres países que le expresaron su apoyo.
A la cabeza de Sudán durante casi 30 años, Omar al Bashir fue depuesto y detenido por el ejército el 11 de abril bajo la presión de un movimiento sin precedentes desencadenado el 19 de diciembre por la decisión de las autoridades de triplicar el precio del pan en un país socavado por una grave crisis económica. AFP