Según el periódico regional, el personal médico-forense de la Sala de Anatomía Patológica del Hospital Central de San Cristóbal envió un mensaje a los familiares de los fallecidos, instándolos a recoger los cadáveres de sus seres queridos para evitar el hacinamiento, reseñó breibart.com.
Por Ben Kew
El llamado a descongestionar las morgues es parte de un esfuerzo por eliminar cualquier riesgo de contaminación para los visitantes o el personal que trabaja allí, ya que los cuerpos se están descomponiendo rápidamente debido a la falta de refrigeración y cortes de energía rodantes.
Esos cuerpos no reclamados finalmente se colocan en una tumba comunal, lo que significa que los fallecidos no obtienen la dignidad de un funeral y un entierro.
Los problemas en las morgues venezolanas han sido durante mucho tiempo una de las realidades más angustiosas que presenta la actual crisis económica y humanitaria del país socialista.
El pasado mes de octubre, BBC Mundo reveló cómo los cuerpos en una morgue en el estado de Zulia habían comenzado a explotar de la podredumbre por la falta de electricidad, lo que significa que no hay un sistema de enfriamiento efectivo para mantener baja la temperatura.
Debido a la falta de refrigeración, muchos de los cuerpos ingresan rápidamente a lo que se conoce como la fase enfisematosa de descomposición cuando ya no pueden contener los gases y los fluidos pútridos acumulados en su interior, lo que eventualmente hace que estallen.
Ya en 2016, Breitbart informó sobre la cantidad de morticistas que se quejaban de que no contaban con los recursos suficientes para hacer frente al creciente número de cadáveres entregados a su puerta, muchos de los cuales fueron víctimas de homicidios como consecuencia de la inseguridad.
Tales historias de horror son ahora parte integrante de la vida en Venezuela, donde casi 20 años de gobierno socialista han transformado lo que una vez fue la economía más próspera de América Latina en uno de los países más pobres del mundo.
En los últimos meses, los apagones han paralizado la capacidad del país para funcionar, con escuelas, hospitales y otros servicios públicos esenciales obligados a cerrar debido a la incapacidad de mantener las luces encendidas. Como resultado de la crisis, millones de venezolanos han huido de su patria en lo que se ha convertido en uno de los desastres migratorios y humanitarios más apremiantes del mundo.
Traducción libre de Breibart