Guyana comenzará a producir petróleo en unos meses a una tasa inicial modesta de 120.000 barriles por día, pero con una rápida aceleración que hará que la producción aumente a casi 1 millón de bpd a mediados de la década de 2020, lo que se sumará al suministro de petróleo del continente sudamericano.
Por DMB | lapatilla.com
Rystad Energy, una compañía independiente de investigación de energía e inteligencia comercial con sede en Noruega, afirma que Sudamérica está al borde de una nueva ola de crecimiento de la producción petrolera a pesar de las altas disminuciones en los campos maduros y las interrupciones en el suministro en Venezuela.
Los nuevos proyectos en Brasil, los desarrollos de las lutitas bituminosas en Argentina y los múltiples objetivos de producción costa afuera en el Bloque Stabroek de Guyana hacen que la perspectiva del continente sea favorable en la próxima década.
Rystad dijo que el suministro de la región ha estado disminuyendo desde 2016, promediando 10,6 millones de boe/d el año pasado, y se espera que caiga a 10,5 millones de boe/d en 2019.
Nota: boe significa barriles equivalentes de petróleo, barrel of oil equivalent (en inglés). Es una unidad de energía equivalente a la energía liberada durante la quema de un barril aproximadamente (42 galones estadounidenses o 158,9873 litros) de petróleo crudo. El boe es utilizado por las compañías de petróleo y gas para el balance de sus estados financieros como una forma de combinar reservas y producción de petróleo y gas natural bajo una sola medida.
Brasil es el mayor productor de la región y el único país que ha recibido aumento de la producción a pesar de la desaceleración, con el crecimiento de la producción asegurado por el alto nivel de inversiones realizadas antes del colapso del precio del petróleo (especialmente en el proyecto Lula (x-Tupi)). Brasil también es donde Rystad espera ver un crecimiento de la producción en el corto y mediano plazo, con contribuciones clave de los proyectos Buzios, Iara y Mero (Libra NW).
Venezuela, por otro lado, ha sido el principal contribuyente a la disminución de la producción en la región. La oferta del país se había desplomado de 3,6 millones de boe / d en 2013 a 2,2 millones de boe / d en 2018. Este año, la disminución se agravó aún más. Se espera que la producción de petróleo y gas de Venezuela promedie 1,7 millones de boe / d (alrededor de 0,9 millones de barriles diarios de petróleo crudo).
Se pronostica que otros productores sudamericanos, con la excepción de Argentina, donde la oferta será apoyada por la lutita del campo Vaca Muerta y otros desarrollos de lutitas y gas bituminoso, verán una disminución en el suministro en los próximos cinco años, y se espera que Colombia sea la que más se esfuerce por mitigar la disminución de sus campos maduros.
“Guyana, con sus recientes descubrimientos en el bloque Stabroek, puede contribuir al suministro de petróleo y gas del continente a partir del próximo año. Se espera que la fase 1 de Liza comience la producción el próximo año, la fase 2 comience a funcionar en 2022, y los descubrimientos de Payara y Pacora están programados para su aprobación en la primera mitad del próximo año” dice Rystad en su informe.
El nuevo ciclo de inversión está liderado por nuevos proyectos en desarrollo o se espera que se sancionen en el corto plazo en Brasil y Guyana, así como también en inversiones en los proyectos de gas de Vaca Muerta Shale y Neuquen Basin Tight en Argentina. En Brasil, se esperan contribuciones clave de los proyectos Iara (Atapu North), revitalización Marlim, Buzios y Mero. Después de 2020, también se esperan inversiones en la primera fase del campo Carcara operado por Equinor y el campo Lula Oeste operado por Petrobras.
“El descubrimiento de Liza en Guyana también contribuirá al crecimiento de la inversión a corto plazo, con contribuciones adicionales a mediano plazo de los descubrimientos de Payara y Pacora en el mismo bloque”, dijo Rystad.