Escalada en el Golfo de Omán ¿quiénes están contra quién?

Escalada en el Golfo de Omán ¿quiénes están contra quién?

Golf von Oman Öltanker Front Altair (picture-alliance/AP Photo/Tasnim News Agency)

 

El mundo vuelve a poner el foco en el golfo de Omán tras el ataque a dos petroleros. La Deutsche Welle alemana le presenta los actores geopolíticos implicados.

Por lapatilla.com





Dos cargueros han sido atacados en aguas internacionales entre los Emiratos Árabes Unidos e Irán. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, calificó el ataque en el golfo de Omán como una “clara amenaza a la paz mundial”. Pompeo también dijo quién es a su juicio el responsable: Irán. Sin embargo, dos días después del ataque no parece claro cómo tuvo lugar el ataque del jueves (13.06.2019) y quién estaba detrás de él. El incidente inquieta a la comunidad internacional, incluso el Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido. Son varios los países que, directa o indirectamente, están implicados en varias disputas en la región.

Irán

Teherán tiene abiertos en la actualidad varios frentes internacionales. Estos días todo gira en torno al conflicto con Estados Unidos: en abril, Washington envió el portaaviones Abraham Lincoln en dirección a la región del Golfo. Una de las versiones dice que el despliegue del Abraham Lincoln estaba planeado desde hace mucho. Otros creen que la Casa Blanca aprovecha operaciones planificadas para lanzar señales de advertencia. El secretario de Estado Pompeo justifica el paso por el “agravamiento de las actividades de Irán”, eso sí, sin precisar a qué se refiere. Irán, por su parte, dice sentirse amenazado por el envío del portaaviones, especialmente luego de que EE.UU. mandara posteriormente otro buque de guerra y una batería de misiles Patriot a la región. Desde que la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, decidió unilateralmente sacar al país del acuerdo nuclear con Irán, las tensiones entre ambos países han aumentado. EE.UU. ha impuesto importantes sanciones económicas sobre el país islámico.

Al mismo tiempo, Irán está desde hace mucho tiempo en conflicto con Arabia Saudita. Ambas potencias compiten por lahegemonía en la región. Los desacuerdos van desde los intereses opuestos en Siria -Teherán apoya a Assad, mientras que Riad está del lado de las fuerzas opositoras- a la diferente postura respecto a Israel, pasando por la guerra civil en Yemen, que dura ya casi cuatro años.

 

Begleitschiffe des Flugzeugträger USS Abraham Lincoln im Sueskanal vor der Küste von Ägypten (picture-alliance/Mass Communication Specialist 3r/U.S. Navy/AP/dpa)

 

El experto en Medio Oriente, Guido Steinberg, de la berlinesa Fundación Ciencia y Política, dice estar “convencido” que los iraníes son responsables de los ataques a ambas embarcaciones. Cree que las circunstancias del ataque apuntan a esta conclusión. “Además, concuerda con el detalle de que Irán quiere mostrar a EE. UU. que puede atacar el comercio petrolero en el Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz. Pero no agreden directamente. Creo por tanto que hay señales claras de que los iraníes son los responsables”. Si esto fuera así, el mensaje estaría claro: un ataque perjudicaría a una amplia parte de la economía petrolera mundial. El ministro iraní de Exteriores, Mohammed Javad Zarif, describió las conjeturas sobre que su país pudiera estar detrás del ataque como “sin fundamento”. Irán no tiene interés alguno en un enfrentamiento militar con EE. UU.. Para el experto en seguridad Markus Kaim, también de la Fundación Ciencia y Política, “Irán es militarmente inferior. No veo qué interés podría tener en arriesgarse a una escalada militar con Estados Unidos”.

Estados Unidos

El presidente Trump no cree que el acuerdo nuclear con Irán tuviera los efectos deseados. En mayo lo calificó -en Twitter- de “desastroso”. Una y otra vez acusó al Gobierno iraní de presuntas violaciones del acuerdo. Trump es de la opinión que Irán se volvería intocable si lograra estar en posesión de la bomba atómica y que consecuentemente se comportaría de manera gresiva en la región.

Esta preocupación es compartida por los dos aliados más cercados de Washington en esta zona del mundo: Arabia Saudita e Israel. Ambos se mantienen firmemente del lado de EE. UU. Además, a los estadounidense, como al resto de países, les interesa un transporte seguro del crudo. El golfo de Omán es el ojo de la aguja. Por él tienen que pasar todos los barcos que cargan petróleo de la costa este de la península arábiga. Una ruta que EE. UU. quiere asegurar. Pero Trump no quiere más escaladas en el Golfo. Algo que también aclaró el primer ministro japonés, Shinzo Abe, durante su visita a Teherán.

La presencia de Abe, dijo Markus Kaim en la televisión pública alemana ARD, es una “manifestación de la preocupación internacional sobre la escalada que ya se ha alcanzado en la región y que podría continuar. Igualmente, pienso que hay fuerzas que quieren torpedear estos esfuerzos por detener la escalada”.

Arabia Saudita

Al reino le quita el sueño la expansión de Irán. La enemistad entre Teherán y Riad no es únicamente una cuestión de fe. se trata de la disputa por la hegemonía en Oriente Próximo. Desde Arabia Saudita se sigue muy de cerca cómo Irán consolida su influencia, tanto militarmente -en Siria o Yemen- como por medios diplomáticos -por ejemplo en Irak-. Para hacerle frente, el nuevo hombre fuerte de la petromonarquía, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, fraguó hace cuatro años una coalición internacional. Esta combate desde entonces en Yemen a los rebeldes hutíes, que por su parte reciben apoyo iraní. Pero Arabia Saudita tampoco tiene interés alguno en dejar que el conflicto se agrave.

Israel

Israel tiene desde hace muchos años una relación extremadamente tensa con Irán. Este último también ha utilizado la guerra de Siria para instalarse militarmente en ese territorio. Hezbolá, apoyado por Irán, ha penetrado en los Altos del Golán; los Guardianes de la Revolución iraníes guardan mientras tanto una distancia de seguridad de 100 kilómetros de la frontera israelí. La fuerza aérea israelí ha atacado las posiciones iraníes en Siria en repetidas ocasiones.

 

Israel - Syrien Golan-Höhen israelische Soldaten (Imago/Xinhua/A. Margolin)

 

“Irán hace de Siria un nuevo frente con Israel, un trampolín desde el que intentar conquistar Israel”, dijo el ministro de Justicia israelí, Ayelet Shaked, en abril de 2018 al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung. “Israel no va a quedarse de brazos cruzados viendo cómo Irán toma Siria”.

Entretanto, Israel y Arabia Saudita trabajan conjuntamente contra los mulás en Teherán. Israel aplaudió la decisión estadounidense de abandonar el acuerdo nuclear, por el que no sentía simpatía alguna. Los israelíes temían que Irán pudiera impulsar en secreto su programa nuclear. De acuerdo con la agencia Reuters, el ayatollah Jomeini publicó en mayo un comunicado en el que decía que los jóvenes verían la decadencia de Israel. Teniendo esa amenaza presente, Israel espera que EE. UU. devuelva esa amenaza. “Netanyahu es un político, por lo que no tengo duda alguna de que al menos una parte de su estrategia sobre Irán estará enfocada a permanecer él en el poder”, dijo el experto en Irán Ras Zimmt, del Instituto Nacional de Estudios de Seguridad israelí, a la revista Zenith. “Puede utilizar el tema para presentarse ante la sociedad israelí como el único político capaz de hacer frente a Irán. A pesar de todo, creo que él ve a Irán como una amenaza existencial para el Estado de Israel y que no se trata únicamente de una cuestión electoral”.

¿Una guerra inminente?

Las perspectivas de una confrontación militar directa entre Estados Unidos e Irán son escasas, dice el experto en seguridad Markus Kaim. Ninguno de ellos está realmente interesado. Pero no se puede descartar una escalada casi casual. “Imagínese que una lancha torpedera iraní se acerca a un crucero estadounidense. Puede desencadenar un tiroteo no buscado que vaya a más, sin que ninguno de ambos bandos se retire. Eso debería preocuparnos”.


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