Un fallo en el transporte de energía eléctrica provocó que Argentina se despertara este domingo, en el que se celebra el Día del Padre y elecciones en cuatro provincias, con un histórico apagón del que se fue recuperando poco a poco y que ya es objeto de investigación.
Poco después de las 7.00 hora local (10.00 GMT) de una jornada con intensas lluvias en gran parte del país, las casas y calles quedaban en completa oscuridad, y no fue hasta tres horas después que se informó que la situación comenzaba a normalizarse “lentamente” en el país, donde ya a las 18.00 hora local (21.00 GMT) se había recuperado un 89 % del suministro.
El repentino corte de luz -que afectó también a Uruguay y zonas de Paraguay- provocó que los trenes y el metro fueran suspendidos en Buenos Aires, aunque se salvaron los principales aeropuertos por contar con generadores propios.
El apagón afectó también a la distribución de agua potable, lo que llevó a la empresa encargada del suministro hidráulico en la capital y su populoso cinturón urbano -que aglutinan a 13 de las 40 millones de personas que viven en Argentina- a pedir a los usuarios llevar a cabo un consumo racional en sus domicilios.
En cuanto a los hospitales, en Buenos Aires se desplegó un plan de emergencias para garantizar la atención de los pacientes, con grupos electrógenos en zonas de terapia intensiva y en quirófanos.
En varios mensajes en Twitter publicados siete horas después del inicio del apagón, el presidente del país, Mauricio Macri, calificó lo ocurrido como “un caso inédito” y remarcó que será investigado a fondo; mientras que el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, convocó a una rueda de prensa en la que se mostró tajante: el apagón es “algo muy grave” y no puede volver a suceder.
La explicación oficial apunta a que el fallo en la red se originó por un colapso del Sistema Argentino de Interconexión (SADI), en concreto en una conexión de transporte de electricidad en el noreste del país, cerca de la frontera, entre las centrales hidroeléctricas de Yacyretá, de gestión argentino-paraguaya, y Salto Grande, argentino-uruguaya.
Si bien Lopetegui afirmó que este tipo de fallos ocurren con asiduidad en cualquier país, lo que reconoció como “anormal o extraordinario” es que no se subsanase esa “cadena de acontecimientos posteriores” que causaron la desconexión total.
En las próximas 48 horas las empresas encargadas de la distribución eléctrica deberán presentar un informe preliminar sobre lo sucedido y uno completo en un plazo de 10 días, y se prevé, según establece la ley, sanciones a quienes sean considerados responsables.
“Fue una falla simple, una falla que se puede producir un día como hoy por ejemplo, por un problema de humedad, fallas que ocurren en todos los sistemas a diario. Pueden ser incluso en condiciones excelentes climatológicamente hablando. Y deben ser despejadas sin que el usuario final y el mercado eléctrico lo note”, dijo a la prensa Carlos García Pereira, director de la compañía de transporte de energía eléctrica Transener.
La desinformación y la incertidumbre marcaron el comienzo de la jornada por los efectos del apagón en la red telefónica y la imposibilidad de cargar la batería de los celulares.
El hecho de haber ocurrido durante un domingo, víspera de un lunes festivo en Argentina, ha favorecido que la actividad en las ciudades no transcurriera con la intensidad de cualquier otro día y no generase un caos, más allá de los comercios y restaurantes que tuvieron que cerrar, con las respectivas pérdidas por ser hoy en Argentina el Día del Padre.
De forma especial se vieron afectadas las provincias de Santa Fe (noreste), San Luis (centro) y Formosa (norte), en las que hoy se celebran comicios a gobernador, y donde, a pesar de no haber sido cancelados, se han dado problemas a la hora de iluminar las escuelas electorales, principalmente en las primeras horas de la mañana.
En la más austral de las provincias, Tierra del Fuego, ubicada en la isla del mismo nombre, también se celebran elecciones pero fue la única que contó con electricidad, al no depender del SADI.
El histórico apagón se produjo a poco más de cuatro meses de celebrarse las elecciones presidenciales del 27 de octubre -que estarán antecedidas por unas primarias el 11 de agosto- y lo sucedido ya ha sido criticado por parte de los principales opositores.
Entre ellos el precandidato a la Presidencia Alberto Fernández, quien hizo referencia a los aumentos en las tarifas eléctricas impulsados por el Gobierno en los últimos años.
“Millones de argentinos, que han debido pagar sumas siderales en tarifas con las que se benefician los amigos del poder, aún esperan que la energía vuelva a sus hogares”, subrayó en Twitter el líder del Frente de Todos, que acudirá a las urnas con la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner como candidata a la Vicepresidencia.
Desde que Macri llegó al poder en diciembre de 2015, emprendió una política de aumento de las tarifas de la luz, el gas y el agua, con el objeto, según reiteraron desde el Ejecutivo, de normalizar el sistema energético tras años de desinversión, una de las fuertes críticas que vertieron contra la gestión kirchnerista.
Esta decisión, que elevó los montos de esos servicios, generó una larga polémica, y parte de la oposición acusó al Gobierno de favorecer con esto a los empresarios energéticos.
“El apagón viene después de tres años de tarifazos de más del 1000 por ciento en energía. Nos dijeron que era para inversión. Y el resultado es un enorme apagón”, expresó el peronista Sergio Massa, que llamó a que funcionarios responsables del sistema eléctrico acudan al Congreso a explicar “semejante desastre”.
EFE