El presidente derrocado de Sudán, Omar al Bashir, fue trasladado este domingo desde su lugar de reclusión a la Fiscalía encargada de los casos de corrupción en Jartum, donde fue visto por primera vez en público tras su destitución, en abril pasado.
Al Bashir, vestido con una tradicional chilaba (túnica) sudanesa de color blanco y tocado con un turbante, llegó a la Fiscalía escoltado por un convoy de vehículos militares y efectivos de la seguridad fuertemente armados, constató un corresponsal de la AFP apostado delante de las oficinas de la Fiscalía.
Al Bashir fue llevado a la Fiscalía para que se le presenten oficialmente los cargos en su contra, dijo un funcionario a la prensa. Después de algunos minutos, el expresidente partió del lugar, según constató la AFP.
En el poder merced a un golpe de Estado en 1989, Al Bashir fue destituido y arrestado por el ejército el 11 de abril en Jartum, tras un movimiento de protesta sin precedentes, desencadenado en diciembre por un fuerte aumento del precio del pan.
El sábado, el fiscal general dijo que Al Bashir debería responder por “corrupción y posesión ilegal de moneda extranjera”.
El jueves, la agencia oficial de noticias sudanesa SUNA informó que el ex hombre fuerte de Sudán fue acusado de “poseer divisas extranjeras, ganar riqueza de manera sospechosa e ilegal, y ordenar (el estado de) emergencia”.
El 21 de abril, el jefe del Consejo Militar de Transición, el general Abdel Fatah al Burhan, anunció que se habían hallado 113 millones de dólares en tres monedas diferentes en la residencia del expresidente en Jartum.
El juicio contra Al Bashir era uno de los principales reclamos del movimiento de protesta, que ahora exige que el Consejo Militar de Transición, en el gobierno, transfiera el poder a los civiles.
AFP