En el primer trimestre de 2019 se anunció el cierre del servicio de guardería de la U.E. “Catatumbo”, U.E. “Genesis y Daniel” y, finalmente, U.E. “Diorama” tan solo en el Municipio Libertador (Carabobo). Otros maternales privados ya han cerrado y los motivos asociados a estos cierres son, básicamente, su inviabilidad económica en medio de la hiperinflación. Sin embargo, los servicios públicos de maternal y guardería, denominados “Simoncitos”, no tienen mejor suerte dado que acortaron sus horas de funcionamiento desde hace 3 años y solo cubren de 8 am a 2 pm, si no llega el Programa de Alimentación Escolar (cuestión que es muy frecuente), el horario se acorta aún más.
En la década de los 80s y 90s, para quienes tenemos edad de recordar, se crearon y multiplicaron en todo el país los “Hogares de Cuidado Diario” a cargo del Estado, con el fin de brindar soporte a la incorporación de la mujer a la vida pública, educativa y productiva. Tiene mucha lógica, las madres podían encontrar un trabajo, tener a sus hijos al cuidado de uno de estos hogares durante su jornada e, incluso, a través de ellos se recibía (a igual que en el resto del sistema educativo) los programa de asistencia alimentaria contentivo de leche maternizada. La mujer logró apalancar su emancipación y se incrementó significativamente su matriculación en las universidades, su profesionalización y también su plena incorporación al trabajo en todas las áreas laborales sin discriminación.
Los llamados “Simoncitos” son un chiste malo delante de los “Hogares de Cuidado Diario”, en principio no son tan numerosos, con el tiempo la edad de ingreso fue elevándose hasta llegar a los 2 años, dejando de atender a los bebés en edad maternal, pero además, la reducción de su horario de funcionamiento hace que dicho servicio no sea práctico para la madre trabajadora porque los horarios laborales comúnmente terminan a las 5:00 pm, es decir, ahora solo podría atender a los hijos de las madres sin empleo (lo cual es un absoluto contrasentido).
Teniendo en cuenta el cierre de los maternales privados (producto de la hiperinflación y la inviabilidad económica) y el deterioro referido de los servicios de maternal y guardería públicos (simoncitos) sucederá que las madres se verán restringidas a continuar su educación y su incorporación al trabajo. Obviamente, este retroceso patriarcal tiene mucha sincronía ideológica con un régimen militar, la mujer es vista, desde esa cuadrúpeda forma de gobernar, como un ser destinado a las actividades domésticas y propiedad de los machos alfa lomo plateado y pelo en pecho.
El feminismo que puede verse en la propaganda oficial es eso, propaganda destinada engañar incautos (principalmente los incautos izquierdistas del primer mundo que dan por ciertas las descaradas mentiras del régimen al no contrastar con la aplastante evidencia de la realidad cotidiana). El verdadero feminismo no es lingüístico, “venezolanos y venezolanas, ciudadanos y ciudadanas, pueblos y pueblas”, al contrario, reales políticas públicas con enfoque de género implicarían dotar de servicios, como los hogares de cuidado diario, a las madres para que puedan desarrollarse plenamente conforme a sus planes de vida y aspiraciones, porque vale repetir insistentemente, la razón de ser de la mujer no es la reproducción de la especie, es mucho, muchísimo más que eso.
Debe acotarse que esta situación afecta aún más a las madres solteras que conforme a las pocas estadísticas disponibles aumentan de forma exponencial. Aquí no caben los argumentos machistoides del régimen: “¿quién las mandó a abrir las piernas? ¡Asuman su responsabilidad!”, el reto es construir una sociedad inclusiva, igualitaria, con equidad en las oportunidades. Deben tomarse medidas correctivas inmediatas, restituir el horario completo de las guarderías, reaperturar los servicios para maternal a bebés desde los 6 meses, regularizar la entrega del PAE (con soporte proteico adecuado) y multiplicar dichos centros de atención infantil en todos los municipios.
Julio Castellanos / jcclozada@gmail.com / @rockypolitica