Por tercera semana continuamos nuestra protesta silenciosa; fue difícil porque no se pudo traer la comida preparada, no teníamos gas en la casa porque la bombona que compramos “nueva” tenía un escape por la válvula; es decir, tampoco hay seguridad en el control de calidad del llenado de los cilindros.
De broma pudimos resolver la papa, la crisis que padecemos en el trabajo se amplifica por la crisis de los servicios. Estas reuniones son una protesta silenciosa que busca producir una respuesta clara y justa en cuanto a resolver, entre otras cosas, la falta de uniformes e implementos que padecemos desde hace 4 años, lo que afecta nuestra seguridad personal en el trabajo y la seguridad de los usuarios; para ellos también es conveniente que el personal esté debidamente uniformado y en buen estado de salud.
Necesitamos todas nuestras dotaciones y no los irrisorios bonos compensatorios entregados en otras oportunidades. En estas condiciones el servicio de recreación al igual que el gas y otros servicios, no puede garantizar su seguridad y calidad.
Hoy gastamos nuestras ropas y calzados particulares y no tenemos para un uniforme. Con estos salarios no podemos alimentar nuestra familia, cada vez compramos menos con él y tenemos menos autonomía, dependiendo más de una caja de comida.
Pero continuaremos esta protesta silenciosa tratando que nuestro SILENCIO se vuelva CONTAGIOSO y ESTRUENDOSO.
Con información de Nota de Prensa