A la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, médico pediatra, Michelle Bachelet, quien fue en dos oportunidades presidenta de Chile y ex ministra de la Defensa, el régimen de Maduro le ha caído encima con saña y desvergüenza. Pensaron que por ser de izquierdas se plegaria a Maduro o que la podrían engañar. Por ello permitieron su visita. Se equivocaron de plano. Ella fue víctima de violaciones horribles a sus derechos humanos, torturada junto a su madre, su novio desaparecido y su padre asesinado durante el régimen de Pinochet.
De Venezuela se fue reflejada y conmovida, al constatar los atropellos sistemáticos, los crímenes de lesa humanidad y un Estado de Derecho en ruinas. La acusan de haberle firmado el informe a los EE.UU; cuando es descabellado pensar que la ex mandataria, pudiera prestarse para engañar al mundo, arriesgando un gran prestigio que la puede llevar a ser la primera mujer en comandar la ONU. Lo que hizo más bien fue corroborar y ampliar lo que ya habían dicho instancias internacionales y ONGs sobre lo que sucede en Venezuela.
El informe deja todo listo para la sentencia que debe producir la Corte Penal Internacional y poner fin al régimen. Las pruebas ya se están anexando al expediente de crímenes de lesa humanidad que se analizan en el Tribunal de La Haya.
Se insta al régimen a “detener y remediar las graves vulneraciones de derechos económicos, sociales, civiles, políticos y culturales. Sí la situación no mejora, continuará el éxodo, sin precedentes, de emigrantes y refugiados”. Exige se libere a todos los presos políticos. “Han puesto en marcha una estrategia orientada a neutralizar, reprimir y criminalizar a quienes critican al gobierno. Han recurrido a detenciones arbitrarias para intimidar y reprimir”. Algunos de estos casos han sido señalados como desapariciones forzosas hasta que los cuerpos de seguridad del Estado han revelado la ubicación de la víctima, luego de varios días de captura. Reporta que “en muchos casos los detenidos fueron sometidos a una o más formas de tortura, así como a tratos crueles, inhumanos o degradantes; por ejemplo, la aplicación de corriente eléctrica, asfixia con bolsas de plástico, simulacros de ahogamiento, palizas, violencia sexual, privación de agua y comida, posturas forzadas y exposición a temperaturas extremas”. Se les acusa de llevar a cabo numerosas ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, maltratos y tortura a opositores y familiares. Además, de a los colectivos armados. Solicita se investiguen las ejecuciones extrajudiciales para garantizar que sus responsables rindan cuentas, así como que las víctimas sean reparadas. Un conjunto de prácticas ha reducido el sistema de control institucional y ha permitido la reiteración de violaciones de derechos humanos. Destaca la repercusión de la profunda crisis humanitaria que ha privado a la población de alimentos y medicinas. Hay falta de acceso a los alimentos, escasez y altos precios.
La disponibilidad de suficiente comida de calidad es deficiente, y la mayoría come mal, una vez o como mucho, dos veces al día. “Fuentes locales reportaron algunos casos de mujeres que se han visto forzadas a intercambiar comida por sexo”. Alarma la crisis sanitaria al señalar que han vuelto enfermedades erradicadas. La escasez de medicamentos asciende a 80%.
La presidenta puso el dedo en la llaga. El informe deja claro que se han desmontado todos los sistemas de control institucional. Que personas y entes claves como el Fiscal, el Defensor del Pueblo y el poder judicial, atentan contra la independencia y la separación de poderes…
@OscarArnal