Era el narco más rico, peligroso y poderoso del mundo, pero también era el criminal menos fotografiado. Son contadas las fotos que existen del ex jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Así lo reseña
Cada vez que aparece una nueva imagen, hay cierta fascinación por conocer detalles de su vida.
Se especula que el narco sentenciado a cadena perpetua, recurrió a la cirugía plástica para reducirse las mejillas, afilar su rostro, quitarse las líneas de expresión e incluso aseguran que se convirtió en pelirrojo.
Dichas versiones fueron aclaradas por el reconocido cirujano, Rafael Gottenger, quien en entrevista para Univisión Noticias, comparó dos imágenes de Guzmán Loera.
La primera pertenece al año 1993, donde el narco mexicano muestra su característico bigote, cejas pobladas y cara redondeta. La segunda pertenece al 2016, la última fotografía de “El Chapo” como líder del cártel de Sinaloa. En ésta, el capo parece tener un cambio en la cara, sobre todo en el área de los ojos, explicó el experto.
La cirugía ahí aplicada podría tratarse de un levantamiento de cejas y una operación de los parpados. En el área de la frente hay también una cicatriz que podría ser parte de un levantamiento facial para rejuvenecerse.
Aunque las imágenes tienen 21 años de diferencia, en ambas el narco mexicano mantiene su espeso bigote.Ésto, podría evidenciar que a diferencia de otros narcos que modifican su rostro para escapara de la justicia, “El Chapo” lo hacía para lucir más atractivo.
“No tanto cambió las facciones, sino las rejuveneció”, detalló el cirujano.
Tomando en cuenta que su debilidad eran las mujeres, es posible que “El Chapo” haya buscado ante todo lucir atractivo.
Por años, se creyó que el hombre presentado ante las autoridades como Joaquín “El Chapo” Guzmán no era el mismo que por años dirigió uno de los cárteles de la droga más importantes y peligrosos de México.
Los “reyes” del disfraz
Los narcos han sido siempre clientes frecuentes de cirujanos sin escrúpulos, que a cambio de unos millones intentan cambiar sus rasgos físicos y esconderlos de las autoridades.
Juan Carlos Ramírez Abadía, alias “El Chupeta”, uno de los líderes del cártel de Cali, Colombia, era un mago del disfraz.
El hombre de las seis caras, se practicó varias cirugías, pero fue identificado por su voz y sus huellas.
Amado Carrillo Fuentes, conocido como “El Señor de los Cielos”, murió en la mes de operaciones, supuestamente mientras se realizaba una cirugía de transformación.
Su hijo, Vicente Carrillo también heredó esa afición al bisturí: afiló su nariz, corrigió su frente y las cejas pero no escapó de la justicia.
Otra de las operaciones a la que recurren los narcos para escabullirse es alterar las huellas dactilares de sus manos y las reemplazan con la piel de los dedos de los pies que tienen una huella distinta.