El hundimiento de un pequeño barco que se dirigía hacia Curazao proveniente de Venezuela y la desaparición de todos sus ocupantes podrían ser un indicio de que los grupos narcotraficantes también están controlando las rutas de tráfico de personas en la región.
Por Unidad de Investigación de Venezuela / InSight Crime
El 7 de junio, el grupo de 32 migrantes, junto con tres miembros de la tripulación, zarpó de Punta Aguide, en el estado de Falcón, ubicado en la costa Caribe de Venezuela. El 11 de junio se reportaron como desaparecidos, y un mes después su paradero aún no se conoce.
La desaparición fue reportada como naufragio, una tragedia cada vez más común entre los migrantes que intentan huir de la crisis de Venezuela por el Caribe. En lo que va del año, se han registrado tres naufragios con más de 80 migrantes en total.
Después de este último naufragio, los familiares de los afectados informaron que todos los migrantes llevaban chalecos salvavidas. Sin embargo, hasta la fecha solo se ha encontrado un cuerpo: el de Elio Ramones, identificado en Curazao el 12 de junio. Para sorpresa de las autoridades, el cadáver parecía reciente, lo que sugiere que el hombre había muerto varios días después del supuesto naufragio.
El Secretario de Seguridad del estado Falcón, Oswaldo Rodríguez León, quien coordina la búsqueda de los desaparecidos, declaró que “no es posible que no se localice ni rastro de las 32 personas que desaparecieron en ese naufragio; los cadáveres deberían estar flotando en caso de que hayan ahogado. Hay que investigar a piratas que pudieron habérselos llevado”.
El 11 de julio, dos hombres fueron arrestados por reclutar migrantes en Vela de Coro, ciudad ubicada en la costa norte de Venezuela. Sin embargo, estas detenciones no les han aportado a las autoridades mayores indicios que les permitan ubicar a los desaparecidos.
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