El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), dependiente de la ONU, se reúne desde hoy para debatir y adoptar un informe con recomendaciones sobre el uso agrícola y forestal del suelo global, en el que también se espera que se incluyan llamamientos a que el mundo consuma menos carne.
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Durante cinco días de encuentros en Ginebra, el IPCC, patrocinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), analizará el Informe Especial sobre Cambio Climático y Tierras, que se espera aprobar el 7 de agosto y presentar públicamente un día después.
El documento será “una plataforma muy poderosa para unir a gobiernos, sociedad civil, sector privado y comunidad científica con el fin de restaurar nuestro planeta degradado y asegurar nuestro futuro”, señaló en la apertura de la sesión -la número 50 del IPCC- la directora ejecutiva del PNUMA, Ingers Andersen.
El informe es uno de los tres que con carácter especial elabora entre 2018 y 2019 el IPCC para ayudar a cumplir los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático, entre los que destacan el de mantener el aumento de temperatura global en un grado y medio o el de conseguir emisiones netas cero de dióxido de carbono en 2050.
El primero de estos informes, centrado precisamente en la meta del grado y medio, se presentó en octubre de 2018, y un tercero a finales de año versará sobre los efectos del cambio climático en los océanos y la criosfera (zonas polares y glaciares).
Luchar contra el cambio climático “requiere políticas y medidas de transformación muy profundas, lo que incluye la forma que tenemos de producir y consumir energía, el uso de las tierras y la alimentación de nuestra población”, subrayó hoy Florin Vladu, de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático.
A grandes rasgos, se espera que en el informe del IPCC se dicten recomendaciones sobre cómo frenar la deforestación y la desertización, cambiando el uso del suelo por ejemplo en el sector agrícola y ganadero, lo que podría tener como consecuencia cambios en la dieta básica de millones de personas.
Teniendo en cuenta que dos tercios del suelo de uso agrícola en el mundo son utilizados para ganadería, y que este sector es responsable de un 15 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el llamamiento de científicos y agencias de la ONU a consumir menos carne será más claro que nunca.
“El consumo diario de carne es actualmente de 270 gramos diarios, equivalentes a dos hamburguesas, pero si lo bajáramos a 50, una hamburguesa cada dos días, conseguiríamos reducir la mitad de las emisiones en el sector y acabaríamos con muchas de las presiones sobre la tierra”, destacó antes de la inauguración la experta alemana Charlotte Streck, participante en las reuniones.
Con esas presiones Streck aludió a fenómenos como la tala de bosques para ser convertidos en pastos, un hecho que según denunció el brasileño Carlos Nobre, de la Universidad de Sao Paulo, pone en peligro uno de los principales pulmones del mundo, el Amazonas.
“Las tasas de deforestación en los últimos años han alcanzado niveles peligrosos, se han incrementado más del 40 por ciento”, señaló el experto en una rueda de prensa donde recordó que a este ritmo el 60 por ciento de la selva amazónica podría convertirse en una sabana hacia 2050.
Los bosques absorben cerca de un tercio de las emisiones planetarias de dióxido de carbono, el principal gas causante del calentamiento global, por lo que el informe recordará que la elección del uso de la tierra es crucial para que su papel sea positivo o negativo en el cambio climático.
Aunque los términos del informe aún no se conocen, podrían contener pautas para conseguir aumentar la masa forestal mundial en hasta 7,5 millones de kilómetros cuadrados (el equivalente al área de Australia) y reducir el suelo agrícola en 5,2 millones de kilómetros cuadrados (la mitad de la superficie europea).
Las medidas que sugiera el informe no pueden en todo caso sustituir a la reducción de emisiones industriales, advierten organizaciones no gubernamentales como WWF, que participan como observadoras en las reuniones de Ginebra.
“No vamos a aceptar que se intente compensar con el uso de la tierra lo que no se esté haciendo en reducción de emisiones, que debe ser el primer objetivo”, advirtió a Efe la responsable de clima y energía en WWF España, Mar Asunción.
Con información de EFE