Irene Olazo Mariné: El secretismo, método de los gobiernos comunistas

Irene Olazo Mariné: El secretismo, método de los gobiernos comunistas

 

Todos los gobiernos comunistas mantienen el mismo patrón de tratar de silenciar al pueblo. Lo logran a través de sus amenazas, intimidaciones y acciones para crear temor en la población y así manipular las masas. Buscan ocultar a la luz del mundo sus atrocidades y fallas buscando así hacer creer que todo está bien que ese sistema es perfecta.





Con el concepto de igualdad social a Venezuela llego un gobierno que se denominó socialista, pero en realidad era un comunismo disfrazado, que empezó a expropiar la propiedad privada -incluyendo empresas- para ser explotada por el Estado, pero estas a su vez con el concepto “socialista” fueron entregadas a grupos de civiles y militares sin experiencia alguna que terminaron destruyendo el aparato productor de un país rico.

Este mal concepto y aplicación del socialismo durante los últimos 20 años terminaron por consolidar un comunismo, pero del siglo XXI, tanto de concepto como de acción. El punto en el que me quiero basar en estas líneas es sobre el secretismo y la mentira que mantienen estos gobiernos para ocultar sus atrocidades que se van haciendo cada vez más comunes para su subsistencia. Mantener en el tiempo mentiras y secretos cuesta caro.

Quiero recordar el accidente ocurrido el 26 en abril de 1986 en la Central Nuclear Vladimir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania (para aquel momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) a 3 Km de Prípiat y a 18 Km de Chernóbil. Accidente que se origina por una serie de errores fatales que generó una o dos explosiones sucesivas, seguidas de un incendio generalizado, que volaron la tapa del reactor de 1200 toneladas y expulsaron grandes cantidades de materiales radiactivos a la atmósfera, formando una nube radiactiva que se extendió por Europa y América del Norte y como consecuencia mayor la radiación expuesta que arruino la tierra, mató a muchas personas y a otras tantas les dejó secuela inimaginables. La KGB y el gobierno trataron de ocultar este accidente pero fue de tal magnitud que no pudieron mantenerlo mucho tiempo en secreto, y aun así para la fecha no hay cifras reales. Según el informe oficial dice que fueron 31 fallecidos pero la realidad es que oscilan entre 3.000 a 95.000 sin una cifra exacta que perecieron por las secuelas de la alta radiación que recibieron.

Pero no fue el primer accidente ocurrido, en septiembre de 1957, en una planta secreta de reprocesamiento de combustible nuclear llamada Mayak (Mayak Production Association, MPA), que la Unión Soviética tenía cerca de Kyshtym, en los montes Urales, a unos 2.000 km al este de Moscú. Una enorme nube radioactiva se extendió a cientos de kilómetros sobre el país, afectando a unas 250.000 personas y provocando evacuaciones a gran escala. Aunque docenas de trabajadores murieron y al menos dos centenares de personas fallecieron por síndrome de irradiación aguda (una reacción a las radiaciones ionizantes), el mundo permaneció ajeno a aquella catástrofe durante años. “La Unión Soviética había vivido en 1957 el -hasta entonces- mayor desastre nuclear que, a diferencia de Chernóbil, sí lograron silenciar”, le contó a BBC Mundo el periodista estadounidense Adam Higginbotham, autor de Midnight in Chernobyl (“Medianoche en Chernóbil”, 2019), un libro que investiga los mitos y secretismos de Chernóbil.

El historiador Serhii Plokhii, director del Instituto de Investigación Ucraniano de la Universidad de Harvard, EEUU, le dijo a BBC Mundo que, efectivamente, el desastre de Kyshtym fue “mucho más pequeño” que Chernóbil, pero causó “gran contaminación”. Según Serhii Plokhii, “no había información por ningún lado sobre lo ocurrido”, pues guardar silencio era “un protocolo normalizado en la Unión Soviética”.

El 8 de agosto del presente año hubo una explosión envuelta en misterio en un campo de pruebas militar ruso. Las autoridades mantienen un considerable silencio en torno al accidente. Cuatro días después de la misteriosa explosión que provocó la muerte de al menos cinco personas en una remota base del norte ruso, junto al mar Blanco, Moscú ha reconocido este lunes que el accidente estuvo vinculado con pruebas de “nuevas armas”.  Igual que en Chernóbil, los países vecinos fueron quienes dieron la alerta. La autoridad de seguridad Nuclear y Radiación de Noruega dijo que se había detectado “pequeñas cantidades de yodo radiactivo”.

Rosgidromet, la agencia meteorológica rusa, informó que los niveles de radiación en las cercanías aumentaron de cuatro a 16 veces más de los niveles normales. Hasta los momentos dicen los expertos que no se ha detectado una columna masiva de radiación, como sucedió en Escandinavia antes de que los soviéticos reconocieran el desastre de 1986. Pero el secreto oficial a menudo alimenta los temores de un encubrimiento.

A veces creo que los líderes de este tipo de gobiernos dejan de ser humanos, pierden toda sensibilidad: ocultar la muerte masiva de seres humanos, de niños, de ancianos, es su cotidianidad para no mostrar el fracasado del modelo y se obsesionan tanto con permanecer en el poder que la vida deja de tener valor. Toda persona que reciba radiación puede tener problemas serios a la salud, padecer de cáncer y dañar su ADN, vean la protección que se usa en los hospitales para realizar un examen de RX, ¿Cuánto puede hacer esa radiación liberada en esos accidentes nucleares? Y es mejor hacer silencio, total serán algunos 1.000 de humanos que sufran las consecuencias.

Este es el modelo a seguir por estos dirigentes que han permanecido en el poder durante 20 años en mi amada Venezuela. Vemos hoy como desde hace años no hay estadísticas oficiales generadas por el Ministerio de Salud mortalidad y sus razones; han aumentado las epidemias de enfermedades casi extintas y se mantiene un silencio; tampoco oímos cifras oficiales de asesinados, secuestrados, presos por razones políticas, simplemente no se realizan pues la vida ya no tiene importancia, solo la permanencia en el poder bajo el costo que sea. Los medios de comunicación se tratan de callar y silenciar, y como en estos países comunistas comienzan persecución a quienes tratan de informar la verdad.

Muchos de nuestros niños hoy son sufren de desnutrición severa por falta de alimentos, ya se han reportados decenas de fallecimientos por inanición. Muchos de los que padecen enfermedades crónicas, han muerto o su condición es crítica por no poder adquirir sus medicamentos. Niños nacen en las calles porque no hay insumos en los hospitales. No hay una lista precisa de los torturados y desaparecidos por pensar distinto y exigir sus derechos. No hay números precisos de los que han salido y emigrado huyendo de la situación. Las muertes en manos del régimen se tratan de esconder y ocultar toda evidencia, al punto que los masacrados en El Junquito que acompañaban a Óscar Pérez o el cadáver de capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo se inhumaron casi clandestinamente sin permitirle a sus familiares poder despedirse de su ser querido.

Son tantas las situaciones que se ocultan y se manejan bajo secreto que cuesta descifrar la verdad. Más os digo lo siguiente, entre el cielo y la tierra no hay nada oculto y la verdad siempre sale no importa el tiempo que tarde. Si bien es cierto, que muchos gobiernos socialistas y comunistas han permanecido en el poder por largos periodos de tiempo también es cierto que la civilización ha avanzado y la tecnología está al alcance de todos, en el siglo XX era muy sencillo ocultar las situaciones puesto que en 1957 ni teléfono había a disposición y en 1986 ni el Internet, pero en el 2019 a solo horas de un suceso otros países con sus tecnologías captan aquello que algunos desean ocultar, así que cada vez más se reduce el periodo de tiempo que logran ocultar información que directa o indirectamente pueda afectar a un grupo grandes de pobladores de cualquier lugar del mundo. Hoy día hay muchos aparatos electrónicos, teléfonos, cámaras que captan muchas situaciones y casi inmediatamente corren los las redes sociales cada acontecimiento.

¿Por qué entonces es tan difícil en Venezuela lograr salir de la tragedia que actualmente vive? ¿Dónde están las Fuerzas Armadas que se deben a un pueblo que hoy sufre? Sólo puedo decirles lo siguiente: cuando es tu vida y la vida de la gente que amas que está en peligro tus convicciones morales no significan nada, te abandonan y lo único que quieres es que no te maten o lastimen a tu familia, esta es la política de terror que los mantiene en el poder. Pocos han sido capaces de dar su vida y mantener sus convicciones morales pero a costa de su vida, libertad o la integridad de algún familiar. Esto ha ido generando miedos y temores en toda una población, en las instituciones y con tal de mantener su vida guardan silencio pero van perdiendo su humanidad y la misericordia por el prójimo desaparece.

A pesar de leerse en estas líneas un panorama tan desalentador, creo que lo más importante es comprender cómo funcionan estos tipos de gobiernos para así saber cómo afrontarlos. La mentira solo se combate con la verdad, todo secreto debe ser investigado y denunciar públicamente la realidad de los hechos. Debemos perder el miedo y alzar la voz, no permitamos que nos sigan intimidando.

La oscuridad se combate con la luz, seamos luz para Venezuela y ejemplo para la región, apartemos los temores y pongámonos la armadura de la moral y los valores, defendamos la verdad. Cuando la verdad ofende la mentira crece, no lo sigamos permitiendo, recuperar la libertad y la democracia depende de todos.

Irene Olazo Mariné