Nerviosa pero a la vez entusiasmada Noris Márquez, una venezolana recién llegada a Colombia, conversa con uno de los médicos del buque hospital USNS Comfort de la Armada de EE.UU. en los que deposita sus esperanzas de una cirugía de corrección de paladar hendido a su hijo de tres años.
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El médico, que habla un español básico, trata de calmarla y de explicarle el procedimiento que se le hará al pequeño que ajeno a la conversación juega entre las camillas en las que otros pacientes esperan su turno de cirugía en el barco hospital que esta semana está fondeado en la bahía de Santa Marta, en el caribe colombiano.
Márquez, de 25 años y que también sufre de labio leporino y paladar hendido, explicó a Efe que su hijo heredó estas malformaciones y que sólo se enteró que el feto “venía así” a los ocho meses y medio de embarazo “cuando ya el bebé iba a nacer”.
Su hijo es uno del aproximadamente centenar de personas que serán beneficiadas con las cirugías que harán los médicos del USNS Comfort.
En su país y gracias al programa de asistencia médica “Operación Sonrisa Venezuela”, logró que al año de nacido le corrigieran a su hijo el labio leporino, pero la cirugía de paladar hendido no se la pudo hacer por no tener dinero suficiente.
“En un hospital venezolano no (pude) porque no tengo la economía para poder operarlo” y en Colombia tampoco porque “no tengo los papeles registrados”, dijo al tiempo que celebraba que la misión del USNS Comfort le permita cumplir el “sueño” de operar al pequeño.
Márquez se vino a Colombia hace unos meses porque “no tenía trabajo ni reales” para mantener a sus dos hijos y quiere quedarse en el país si logra traer a su hija mayor que permanece en Venezuela.
En esta misión del Comfort que también visita Ecuador, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Granada, Haití, Jamaica, Panamá, Santa Lucía, Trinidad y Tobago y San Cristóbal y Nieves participan médicos venezolanos del Venezuelan American Medical Association (VAMA, por su sigla en inglés), así como personal de las Fuerzas Armadas colombianas.
El buque hospital de 272 metros de eslora que en su cubierta superior puede albergar hasta dos helicópteros fue construido para la atención de pacientes en situaciones de guerra y actualmente también brinda ayuda humanitaria en desastres naturales o atentados como el del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
El USNS Comfort participó en operaciones hospitalarias en el golfo Pérsico durante la “Operación Tormenta del Desierto” (1990-1991), sirvió como centro de procesamiento para inmigrantes haitianos en 1994, estuvo en el comienzo de la guerra de Irak (2003), ayudó a víctimas del huracán Katrina (2005), del terremoto de Haití en 2010 y del huracán María que en 2017 asoló Puerto Rico.
El buque cuenta con 80 camas para cuidados intensivos, 280 más de cuidados intermedios y más de 500 de cuidados limitados, entre otras, además de 12 quirófanos, una sala de radiología, otra de tomografía axial computarizada (TAC) y un banco de sangre con 5.000 unidades.
También tiene dos laboratorios médicos, uno principal y otro satélite, un zona de recepción estéril, farmacia, sala de fisioterapia y cuidado de quemaduras, servicios de odontología y optometría y un laboratorio de lentes.
El barco tiene además un depósito que puede albergar hasta 30 cadáveres de pacientes que fallezcan durante procedimientos.
Durante esta misión, que concluirá el próximo sábado, los médicos de la Armada estadounidense atenderán a numerosos pacientes seleccionados por las autoridades locales, como Johan Ángel, que desde hace cinco meses espera una cirugía para la extracción de un lipoma abdominal.
Ya canalizado y listo para entrar al quirófano, Ángel dijo a Efe que desgraciadamente nunca pudo conseguir la autorización para la cirugía en el sistema de salud público colombiano a pesar de tener todos los exámenes clínicos hechos.
“Afortunadamente tuvimos esta bendición de que hubiera llegado gente de otro país a ayudarnos porque (de lo contrario) no sé qué hubiera hecho”, explica, pues el tumor ya no le permitía trabajar porque “el dolor ya era insoportable”.
El hombre, a pesar de estar muy agradecido por la operación, está sin embargo preocupado por el posoperatorio porque, según cuenta, le dijeron que tiene que ir en unos días a un hospital público colombiano para que le retiren los puntos quirúrgicos, y teme que, “después de que salga de acá la otra lucha va a ser esa”.
Según la embajada de Estados Unidos, en su primer día en Santa Marta el personal médico del USNS Comfort atendió también a centenares de pacientes en el Coliseo Mayor de Santa Marta y realizó varias cirugías a bordo del buque y espera que a lo largo de la semana sean miles los beneficiados.
La atención en el Comfort también está dirigida a los migrantes venezolanos que en Colombia ya superan los 1,4 millones de personas, como Noris Márquez y su pequeño hijo.
Por esa razón el diplomático Humberto Calderón Berti, embajador venezolano en Colombia, visitó este miércoles el barco para agradecer al personal estadounidense por la “asistencia médica y ayuda a miles de venezolanos que huyen de la devastadora tiranía de Nicolás Maduro”.
Con información de EFE