Venezuela está deprimida. La que llegó a ser una de las naciones más felices del continente se encuentra en estos momentos en un estado de desesperanza y agobio que se ve reflejado en la salud de las perdonas pues, de acuerdo a lo dicho por médicos especialistas, cada vez son más las personas a las que se les entrega reposo por sufrir cuadros depresivos.
Por lapatilla.com
Así lo reseña laprensalara.com.ve
“Ver a pacientes deprimidos es una constante. Las personas caen en estado de ansiedad producto de la grave crisis económica que hay en el país y eso genera desasosiego y desesperanza en la población”, comenta la doctora Andrea Vásquez, médico psiquiatra.
La especialista reconoce que ocho de diez casos de depresión atendidos en su consultorio están relacionados con la crisis del país. “Hay personas que llegan agobiadas a la consulta porque no saben qué hacer. Algunos cuentan que el sueldo no les alcanzan y otros sufren de un trastorno llamado “nido vacío” esto obedece a la marcha de un hijo (migración) que no ha sido superada por sus padres”, recalca.
La doctora comenta que los casos de depresión que son atendidos ahora contrastan mucho con los atendidos hace cuatro o cinco años. “Antes cuando un paciente estaba deprimido la situación estaba más relacionada con la pérdida de algún familiar. Una muerte trágica que no había sido superada, pero ahora la realidad es otra. La gente va a consulta deprimida porque no sabe qué va a comer la semana siguiente. Se angustian porque ven en las noticias cómo no hay una salida a la crisis y se sienten atrapados en una realidad que los condena”, suelta.
El ambiente hostil al que están expuestos muchos venezolanos se ve reflejado en lo violento de la sociedad. “Estamos a la defensiva. La gente es violenta y no sólo violenta con el resto de personas sino también con ellos mismos. Los casos de suicidio aumentan porque la gente no sabe cómo salir de la crisis”, relata.
De acuerdo a lo explicado por la doctora los casos de depresión que ameritan reposo son aquellos pacientes extremos que son abrazados por la desesperanza. “Es bueno que las personas que entren en este estado no se aíslen”.