Las largas colas de taxis que se observaban en las líneas y de personas para abordarlos, salían uno a uno cada minuto, son tiempo pasado. Los bajos salarios de los clientes, la dolarización del costo de los repuestos y de las reparaciones y las exigencias de algunas cooperativas para adquirir y conservar un cupo, aunque en su mayoría se han flexibilizado, son los obstáculos que deben sortear los trabajadores del volante para seguir rodando en el asfalto.
Por lapatilla.com
Así lo reseña 2001.com.ve
“Nos va malísimo, 15 mil bolívares por una carrera corta no da para nada, los repuestos están por las nubes, un caucho te cuesta 60 dólares. Antes se hacían colas larguísimas de gente en este centro comercial para montarse en un taxi y eso desapareció, por eso la mayoría de los afiliados a la línea que eran ecuatorianos se devolvieron a su país. Yo hago lo que puedo para no retirarme, con los clientes que tengo por fuera, porque aquí si haces tres o cuatro carreras en un día es mucho, entonces completo con otras tres por mi cuenta”, comentó Leonel Rangel, uno de los choferes afiliados a la línea de taxis Ecuandinos que funciona en el Centro Comercial Paraíso Plaza.
Esta sociedad contaba anteriormente con 50 vehículos, muchos de paquete, de los cuales no quedan ni 12, apuntó Rangel. Aceptan pago por el servicio en efectivo, transferencia bancaria, pago móvil, pero si algún cliente llega con divisas también se reciben.
La Federación Nacional de Taxi y Afines de Venezuela que funciona desde hace seis años tenía registradas 370 líneas en todo el país y solo en Caracas, de acuerdo con el secretario de organización Juan Mendoza, restan entre 30 y 40, una de ellas es la de choferes asociados de Parque Central, con 49 años de operaciones en la ciudad capital y hacia el interior del país. Aunque este último servicio se ha visto disminuido porque las tarifas son altas y son pocos los usuarios con capacidad para pagarla y porque implica un mayor desgaste de los carros.
De 63 unidades en la actualidad esta cooperativa funcionan solo con 31. El horario nocturno también es historia porque la clientela es prácticamente nula.
Si sale algún viaje para Valencia, Barquisimeto o Maracaibo, entre otros destinos, algunos optan por llevar gasolina en pimpinas para poder regresar, con los riesgos que ello implica.
“El servicio ha caído enormemente, diría que en 90%, en líneas de taxi establecidas que son muy pocas las que quedan y estas tampoco operan al 100% porque las que tenían por ejemplo 180 vehículos cuando mu-cho les quedan 40, 30 o 20 carros.
Por otro lado teníamos sociedades que estaban en proceso de legalización que tuvieron que abandonar esas diligencias porque ya no tenían capacidad ni para arrancar, otras líneas como la del Centro Comercial El Recreo, Recretaxi, han desaparecido por falta de repuestos y equipos necesarios como radios. Es muy lamentable lo que está pasando con el servicio de taxi”, expresó Mendoza.
El vocero indicó que la delincuencia también afecta a las compañías y a los choferes. Aseguró que una línea ubicada en San Bernardino cerró por el asesinato de dos de sus miembros.
Flexibilización. Mendoza confirmó que en la mayoría de los servicios organizados de traslado tuvieron que flexibilizar los reglamentos de funcionamiento, en los que se le exigía a los socios o afiliados tener por ejemplo el carro asegurado y hasta una póliza que cubriera al pasajero en caso de accidente, con aire acondicionado, sin golpes o abolladuras y someterse a una revisión cada cierto tiempo para verificar el estado de la unidad.
“Tener un sistema satelital era obligatorio, ahora solo pedimos que el carro sea propio, sin antecedentes penales y que tenga cuatro puertas y con maleta. Ahorita tenemos muchas vacantes. Los que seguimos aquí compramos dólares al terminar la jornada porque es la única forma que no se nos devalúe lo que podamos ganar en el día. Hay compañeros que no pueden trabajar porque tienen el carro malo y siguen colaborando como fiscales”, dijo Frank Arango de la línea de Parque Central.
En cuanto a los controles gubernamentales o municipales, el vocero del gremio añadió que en la actualidad no existe ningún tipo de supervisión. Dos de los requisitos que sí mantienen las líneas es que los propietarios de los vehículos presenten los papeles en regla, que el conductor no posea antecedentes penales, ni que el carro esté involucrado en algún delito o investigación criminal.
En la conocida línea de taxis del Centro Comercial Sambil, con 21 años en servicio, ya no es obligatorio el seguro por los costos en divisas, pero no dan el brazo a torcer en cuanto a las condiciones del vehículo que deben ser óptimas, de lo contario debe salir de circulación. Uno de los encargados, Carlos Guerrero, aseguró que por dicha causa tienen 25 carros inoperativos a la fecha.
También expresa con nostalgia que de 1.000 unidades con las que fundaron la empresa al abrir el mall solo quedan 70. Pudimos constatar que en la entrada del centro comercial está repleta de taxis, lo que ya no abundan son los clientes.
“Nos dicen los baratones porque tratamos de no aumentar tanto los precios, los variamos una vez al mes y a pesar de eso a la gente se le hace muy difícil usar el servicio. La carrera más barata son 26 mil bolívares por lo menos de aquí a Sabana Grande, hacia Guatire cobramos 280 mil y hasta el aeropuerto 180 mil. Uno que otro quiere un trueque o hasta dicen que pasemos por una carnicería y nos compra un kilo de pollo o carne, en esta época todo se vale”, añadió Guerrero.