El pasado 28 de agosto se conoció el fallecimiento de cinco venezolanas, tres adultas y dos niñas, las cuales presuntamente se habrían asfixiado la noche del 26 de agosto en un apartamento ubicado al sur de Quito, Ecuador.
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Rosemary Mendoza de 26 años, Rossimary Mendoza de 24 años, Eliscar Camacho de 19 años, Ángeles Mendoza y Tailin Mendoza ambas de 4 años de edad, murieron como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono, después de haber dejado una olla en una hornilla encendida.
La información aportada por las autoridades ecuatorianas indican que recibieron una llamada en las que alertaba que desde el interior un apartamento ubicado en la ciudadela Ibarra salía humo. Bomberos se trasladaron al lugar e ingresaron para prestar ayuda a las víctimas, pero ya no tenían signos vitales. En el interior de la vivienda las autoridades encontraron una olla quemada.
Los familiares de las víctimas, todas oriundas de Maturín, destacaron que las mujeres emigraron del país en busca de un mejor futuro.
La primera en irse fue Rosemary, quien tenía aproximadamente ocho meses en Ecuador, era comerciante informal. El trabajo le brindaba estabilidad económica por lo que decidió decirle a su hermana que también emigrara, para trabajar juntas y lograr bienestar y estabilidad.
Ante la propuesta, su hermana Rossimary decidió emprender el viaje hace mes y medio y se llevó consigo a su hija de 4 años y a su amiga Eliscar.
Una de las niñas padecía de vitiligo y consideraron que emigrar para atenderla en hospitales ecuatorianos sería más fácil, debido a la crisis que atraviesa el sector salud en Venezuela.
Yeira Mendoza, madre de dos de las fallecidas, muy afectada por la situación entre sollozos, clama ayuda a las autoridades para poder dar el último adiós a sus hijas fallecidas en Ecuador. Destacó que la repatriación de los cadáveres cuesta alrededor de 15.000 dólares.
“Me están quitando demasiado dinero para trasladarla, de dónde yo saco esa cantidad. Por eso le pido ayuda a la gobernadora y al presidente porque las quiero tener junto a mí, aunque sea por última vez, en mi casa”.
Rosemary y Rossimary ayudaban a su familia, enviaban mensualmente dinero para aligerar la carga económica de la casa, ambas vivían en barrio Morichal, uno de los sectores populares de la ciudad.
En el caso de Eliscar Camacho, hace alrededor de mes y medio se había graduado de bachiller, tomó la decisión de emigrar junto con su amiga Rossimary porque quería enviarles dinero a sus abuelos, en agradecimiento por su crianza.
Santaella promete ayuda
La gobernadora del estado Monagas, Yelitza Santaella, comentó en su programa radial que ayudaría a los familiares de las fallecidas en Ecuador para lograr la repatriación de los cadáveres
“Ya el presidente tiene conocimiento del tema y claro que ayudaremos. Yo personalmente me comprometo a garantizar el traslado de nuestras compatriotas”
“Quiero estar con ellas”
Yeira Mendoza no habla mucho del tema ante los medios de comunicación, las lágrimas no se lo permiten, cuando lo hace solo clama ayuda para despedir a sus niñas, como suele llamarlas. “No importa que las dejen en Maiquetía. Yo busco las maneras de traérmelas para acá para Maturín, pero que por lo menos me ayuden a traerlas a Venezuela, es lo único que pido. No quiero plata, quiero estar con ellas”.
Diáspora en aumento
La diáspora en Venezuela incrementa debido a la situación que vive el país. La Cancillería de Ecuador calcula que más de un millón de venezolanos ingresaron en lo que va de 2019 y cerca de 200.000 se quedaron en el país. Esto equivale a que 20 % de los venezolanos que huyen de la crisis económica se ha quedado en Ecuador.
Eduardo Febres Cordero, presidente de la Fundación de Venezolanos en el Exterior, informó que con esta tragedia serian 15 los venezolanos fallecidos en Ecuador de manera trágica.
Con información de CrónicaUno