La controvertida máxima autoridad de Hong Kong, Carrie Lam, aseguró este jueves que Pekín no jugó papel alguno en su sorpresiva decisión de retirar ayer el polémico proyecto de ley de extradición, que se produjo tras once semanas de negarse a hacerlo mientras el movimiento antigubernamental protestaba por ello.
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En una rueda de prensa celebrada en la mañana de hoy, Carrie Lam explicó que Pekín había “respetado” su “punto de vista”, que la “apoyó totalmente” y que honró el principio que rige la autonomía hongkonesa, conocido como ‘un país, dos sistemas’, mientras ella se enfrentaba al problema de la ley de extradición, que ha llevado a Hong Kong a una crisis política sin precedentes.
El miércoles, Lam anunció en una alocución grabada la retirada del proyecto, junto a otras tres nuevas medidas para hacer frente a la crisis, para “apaciguar completamente las preocupaciones públicas”.
Esta inesperada decisión se produjo más de once semanas después de que Lam anunciase la “suspensión” del proyecto, el 15 de junio, y ocho semanas después de que lo diese por “muerto”, el 9 de julio.
Esos dos anuncios no fueron capaces de calmar a los manifestantes antigubernamentales, que temían que el proyecto fuese a ser retomado más tarde.
Este temido proyecto habría permitido que los fugitivos en Hong Kong fuesen extraditados a la China continental, donde comparecerían ante tribunales controlados por el Partido Comunista de China (PCCh).
En estos más de dos meses, la controversia que rodea al proyecto se ha convertido en un movimiento de protesta contra el Gobierno en toda la ciudad, que no da señales de darse por vencido, con los manifestantes subiendo sus apuestas contra la Policía, cuerpo que se encuentra en el centro de las críticas por su supuesta brutalidad e infracciones legales a la hora de hacer frente al movimiento.
El movimiento también ha provocado que Hong Kong se vea en medio del fuego cruzado de la guerra comercial Estados Unidos-China: el presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió a mediados de agosto que las negociaciones con China podrían complicarse si Pekín “hiciera algo violento en Hong Kong”.
El próximo 9 de septiembre, cuando el Congreso estadounidense vuelva a reunirse, los legisladores debatirán el Acta de Derechos Humanos y Democracia en Hong Kong, que exige a Washington certificar anualmente que Hong Kong sigue siendo autónoma del resto de China; en caso de no conseguirlo, la ciudad perdería algunos privilegios comerciales con Estados Unidos de los que el resto de China no goza.
Durante semanas, Lam ha sostenido repetidamente que el proyecto de ley de extradición ya estaba “muerto” y se ha negado a abrir una investigación independiente sobre la Policía, una de las principales demandas de los manifestantes. Entre las otras demandas, se incluye la retirada del proyecto.
Esta semana hubo un sutil giro de guión: el lunes por la noche, la agencia de noticias Reuters publicó una grabación filtrada en la que Lam, reunida a puerta cerrada con un grupo de empresarios, calificaba de “imperdonable” el “gran caos” que se había sembrado en Hong Kong debido al proyecto, y aseguraba que dimitiría si tuviera opción.
Asimismo manifestó que tenía poco espacio para maniobras políticas ahora que la crisis había alcanzado un nivel nacional.
No obstante, al día siguiente Lam aclaró en rueda de prensa que jamás ofreció su dimisión a Pekín, y que seguía desempeñando su “difícil” trabajo por voluntad propia.
Se ha especulado con que las manos de Lam están atadas, ya que debe rendir cuentas ante el Gobierno chino, que retomó la soberanía de Hong Kong de manos de Reino Unido en 1997.
En la rueda de prensa de este jueves, Lam indicó que la retirada del proyecto no suponía “un cambio de opinión”: “Esta retirada formal del proyecto (…) no supone una diferencia en el fondo porque no ha habido ningún plan (…) para retomarlo”.
“A pesar de (no) ser diferente en el fondo, va a ser una medida útil para crear una base para el diálogo, y ayer era el mejor momento para hacerlo. No debería haber más especulaciones sobre por qué estamos haciéndolo”, agregó.
Las cuatro medidas que Lam anunció ayer incluyen el inicio de un diálogo entre altos cargos y ciudadanos, y la invitación de expertos extranjeros a unirse al ya existente órgano supervisor de la Policía para investigar supuestas malas praxis policiales.
Así lo reseñó EFE