Adrian Farrington luchó por mantenerse a flote con su hijo de 5 años después de que el huracán Dorian golpeó su hogar en la isla Abaco en el noroeste de Bahamas. Se aferraron el uno al otro, rodeados por olas crecientes y montones de escombros flotantes.
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Por: CNN
Después de una hora de andar en el agua con su pierna fracturada, Farrington, de 38 años, vio aletas asomándose cerca, le dijo al diario Nassau Guardian. Tomó a su hijo y lo colocó sobre un techo por seguridad, lejos de los peligros que acechan en el agua. Le imploró al niño que cerrara la boca, dejara de llorar y siguiera respirando, dijo.
Pero antes de que pudiera subir al techo para sostener a Adrian Farrington Jr., una ráfaga del huracán arrastró al niño a la marejada. Esa fue la última vez que lo vio.
“Todavía puedo recordar que me buscaba y me llamaba ‘papá’”, dijo el padre en duelo al periódico en el hospital local en la capital de Nassau, donde está recibiendo tratamiento por su pierna y brazo rotos.
Saltó al agua para salvar a su hijo
Tan pronto como la marejada se tragó a su hijo, Farrington empujó los escombros y corrió hacia el otro lado del techo, desde donde Adrian se había desvanecido en las aguas turbias. Se zambulló bajo el agua y buscó con las manos, esperando sentir su piel o su ropa, le dijo al periódico.
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