El primer ministro británico, Boris Johnson, y el titular de la comisión europea, Jean-Claude Juncker, no lograron este lunes despejar el temido escenario de un brexit sin acuerdo, firmes en sus posiciones a 45 días del divorcio.
Por Dave Clark y Toni Cerdá
Tras un viaje a Luxemburgo, marcado por abucheos en la calle a Johnson y su ausencia de una rueda de prensa prevista junto al primer ministro del Gran Ducado, Xavier Bettel, la Unión Europea (UE) y Reino Unido se urgieron mutuamente a actuar para desbloquear el acuerdo del brexit.
El ‘premier’, que llegó al poder en julio y presiona a los europeos para retirar la conocida como ‘salvaguarda irlandesa’, aseguró que existe una “buena posibilidad” de alcanzar un acuerdo de divorcio, pero que cualquier eventual pacto requerirá “movimiento” por parte de la UE.
El último escollo en el divorcio sigue siendo este mecanismo de último recurso, conocido en inglés como ‘backstop’ y que busca evitar una frontera para bienes entre Irlanda, país de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, tras el Brexit.
La predecesora de Johnson en el número 10 de Downing Street, Theresa May, pactó con la UE que este mecanismo entraría en vigor al término de una período de transición posbrexit, si Bruselas y Londres no logran una alternativa mejor en el marco de un eventual acuerdo de libre comercio.
Sin embargo, el Parlamento británico rechazó hasta en tres ocasiones el acuerdo cerrado en noviembre en parte por la salvaguarda, que impediría a Reino Unido negociar acuerdos comerciales con terceros países al continuar dentro de una unión aduanera con la UE.
Johnson pide su retirada del acuerdo, pero los europeos le urgen a presentar alternativas que respeten el espíritu del pacto o a mantenerlo. “Compete al Reino Unido presentar soluciones jurídicamente operativas (…) Estas propuestas aún no se han hecho”, aseguró la Comisión.
El actual jefe de gobierno británico advirtió que no aprobará un nuevo acuerdo, si este mecanismo se mantiene, y, pese a que su Parlamento se lo solicitó, se niega a pedir una nueva prórroga del brexit, determinado a sacar a su país de la UE el 31 de octubre sin pacto.
“Una salida desordenada y sin acuerdo del Reino Unido sería muy nefasta para todas las partes”, advirtió este lunes Markus J. Beyrer, de Business Europe. Las principales instituciones económicas internacionales también advierten de los efectos adversos de un Brexit a las bravas.
Reuniones diarias
El gobierno británico explicó por su parte que ambos líderes coincidieron este lunes en la necesidad de “intensificar” los contactos de cara a lograr un acuerdo y avanzó “reuniones diarias” entre los equipo de negociación de ambos lados del Canal de la Mancha.
La reunión estuvo precedida por una ofensiva del gobierno británico defendiendo “enormes avances” en sus discusiones con Bruselas para desbloquear el acuerdo del brexit, una visión desmentida por la Unión Europea que ya pedía “propuestas concretas”.
El objetivo es proteger los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 y mantener la integridad del mercado único europeo, así como la del mercado británico que una versión precedente de salvaguarda dañaba al incluir sólo en la unión aduanera a Irlanda del Norte.
Casi un 52% de los votantes británicos apoyó el brexit en un referéndum celebrado en junio de 2016, pero, tres años después, Reino Unido sigue sin encontrar la manera de consumar el primer divorcio en la historia del proyecto europeo tras más de 45 años de membresía en el bloque.
Los opositores a Johnson lo acusan de ganar tiempo con las discusiones con Bruselas para conseguir un divorcio sin acuerdo. Su estrategia del brexit enfrenta además detractores dentro de su partido conservador y en Westminster, donde perdió la mayoría por una serie de deserciones.
A la espera de un eventual acuerdo, el reloj sigue corriendo. El próximo momento crucial será la cumbre de mandatarios de la UE, prevista el 17 y 18 de octubre, y que los diputados británicos fijaron como límite para lograr un acuerdo o pedir una prórroga.
Además del parlamento británico, un eventual acuerdo debe ser aprobado por los 27 socios de Johnson y por la Eurocámara, que prevé advertir el miércoles que no puede haber pacto sin una salvaguarda irlandesa y que un brexit abrupto sería culpa del gobierno británico.
“El brexit no es mi elección. Ellos tomaron la decisión y lo lamento. Pero no nos culpen a nosotros de que ellos no sepan cómo salir de esta situación”, aseguró por su parte el primer ministro luxemburgués, urgiendo a Londres a presentar propuestas por escrito. AFP