El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) considera probable que tenga que aumentar su presencia en Venezuela, tras haber cuadruplicado en el último año el presupuesto con el que financia sus actividades humanitarias en este país, dijo hoy el presidente de esta institución, Peter Maurer.
“Temo que Venezuela es una de esas situaciones donde poco a poco terminaremos ampliando nuestra superficie de operaciones para responder a las necesidades”, reflexionó.
El CICR intenta paliar las carencias más graves en el sector de la salud, brindando ayuda a los hospitales para mejorar el sistema de atención y el seguimiento médico de la población más necesitada, así como a través del suministro de medicamentos.
“Hacemos progresos en nuestra operación en Venezuela en términos de acceso a los detenidos y en los ámbitos de asistencia, sobre todo en salud y de población desplazada. Y volveremos a acudir a los donantes cuando ya no tengamos dinero”, explicó.
El CICR trabaja en Venezuela con un presupuesto de 24,8 millones de dólares para este año -cuatro veces más que el año pasado- y con una plantilla de 150 personas.
En una rueda de prensa en Ginebra en la que evaluó el trabajo de la organización humanitaria en distintas partes del mundo, Maurer comentó que la Cruz Roja ha reforzado su presencia en las zonas fronterizas con Colombia y Brasil en apoyo de la población desplazada.
Sobre la visita a las prisiones (otro de los grandes ejes del trabajo del CICR), el responsable indicó que se han hecho progresos y que, de manera general, los delegados de la organización tienen un acceso adecuado a los detenidos y un diálogo con las autoridades penitenciarias.
Preguntado si se ha tenido acceso a todos aquellos que se considera que han sido detenidos por razones políticas, Maurer recordó que el organismo que dirige no hace distinción entre prisioneros y se aboca a realizar todas las visitas que le permitan tener una idea fidedigna de las condiciones carcelarias. “Nuestro enfoque es que queremos visitar a todos los prisioneros”, recalcó.
El CICR trabaja alrededor del mundo bajo la premisa de imparcialidad, neutralidad y mantienen en cada lugar un diálogo confidencial con autoridades y todos los protagonistas de una situación conflictiva. EFE