El monte abraza cada rincón del ambulatorio. “Parece un basurero”, dicen las personas cuando ven las condiciones en las que se encuentra el principal centro asistencial de Cabudare en Palavecino. Basura, agua piche, escombros, enjambres de zancudos y hasta culebras muestran la desidia del lugar.
Por Osman Rojas D / laprensalara.com.ve
“Esto es un bosque. Da la sensación que en cualquier momento sale un animal de ese monte”, decían los médicos que ayer se encontraban caminando por las inmediaciones del centro médico. “Nadie se acuerda del ambulatorio de Cabudare”, era otro de los lamentos que se escuchaban.
La tristeza con la que el personal médico hablaba del ambulatorio de Cabudare es un sentimiento generalizado, pues desde hace años el centro asistencial debe lidiar con la desidia. Espacios que no son limpiados, servicios que no son dotados de forma regular y unas instalaciones que deprimen mucho más al paciente es el desolador panorama que rodea a una de las instituciones de salud más importante en el estado.
“No podemos hacerle mantenimiento a las instalaciones sólo por temporada. Detrás del ambulatorio hay un bosque que representa un grave peligro para las personas. Es importante que estas cosas mejoren y por eso es que estamos pidiendo a las autoridades que se aboquen a resolver un problema que es de salud pública”, decía Marisol Balabú, médico del ambulatorio.
Lo que más preocupa a los trabajadores es el peligro que ya empieza a generar el cúmulo de monte que hay detrás de la institución, pues en los últimos dos meses han salido cuatro culebras, todas mapanares (serpiente venenosa), que han generado estrés y miedo dentro del recinto hospitalario.
“Hay espacios que no son visitados por los trabajadores por miedo. Luego de las 6:00 de la tarde nadie va a la parte de atrás del ambulatorio porque saben que en cualquier momento sale una culebra y muerde”, comentan los empleados.
Hasta los mismos familiares de pacientes atendidos en el centro médico andan con miedo, pues saben que en cualquier esquina puede haber culebras. “Uno viene por un problema y puede irse con uno mayor. Da miedo estar en las esquinitas que no son alumbradas. Los vigilantes nos dicen que tengamos cuidado porque salen animales”, comentaba la señora Elena González, madre de un niño recluido en la emergencia.
La presencia de culebras dentro de la institución toma mayor peligro debido a los problemas de alumbrado. Según denuncian pacientes y médicos consultados en más de una ocasión la planta eléctrica del centro médico no ha respondido de forma correcta luego de un apagón cosa que deja al hospital completamente a oscuras lo que es un riesgo para el personal.
“Si con luz es un problema, mucho más a oscuras. Aquí hace falta mucho dinero para poder rescatar este ambulatorio”, decía con tristeza González.
Estructuralmente el hospital muestra su peor cara en años, pues las paredes lucen agrietadas y más de una ventana ha sido rota por el vandalismo. La ausencia de medicamentos e insumos básicos para el trato de diversas patologías es otro problema, pues en la mayoría de casos los pacientes deben llevar hasta la solución fisiológica que es utilizada.
El abandono en el que se encuentra la institución es tan alto que hasta la construcción para convertir al hospital en ambulatorio fue parada y ahora es refugio de animales e indigentes que se meten en las noches.