El actor de Hollywood Ben Affleck fue visto cenando con Laurene Powell, viuda de Steve Jobs, el pasado martes por la noche en un restaurante de Santa Mónica, Los Ángeles.
Affeck, de 47 años, y Powell, de 55 ,fueron vistos compartiendo una cena en el restaurante Giorgio Baldi. Las imágenes han desatado las especulaciones sobre una posible relación sentimental entre la estella y la millonaria viuda del cofundador de Apple, fallecido el 5 de octubre de 2011, a los 56 años, a consecuencia de un cáncer de páncreas.
Ambos salieron del local italiano por separado pero se los vio cenando juntos durante tres horas. Antes de saber que se trataba de Powell se habló de ella como la “misteriosa mujer” que cenaba con el ganador del Oscar.
Una de las cosas que unen al actor y a la millonaria es su labor solidaria. No está claro cómo están exactamente conectados, pero tanto Affleck como Powell-Jobs hacen un gran trabajo filantrópico, por lo que la cena podría haber estado relacionada con negocios.
“Son amigos desde hace mucho tiempo”, aseguró una portavoz de la millonaria a The Washington Post. De acuerdo al citado medio, Powell participa desde hace 9 años en la Eastern Congo Initiative, una ONG dedicada a ayudar a la gente del Congo, creada por Affleck.
Affleck se separó de la actriz Jennifer Garner en junio del 2015, tras diez años de matrimonio y tres hijos en común: Violet, de 12 años, Seraphina, de 9, y Samuel, de 6. Aunque tuvieron que pasar tres años para que la pareja diera por finalizado su divorcio. Desde entonces al actor salió con la modelo de Playboy Shauna Sexton y la productora de televisión Lindsay Shookus. En los últimos años, el último Batman del cine ha sido noticia más por sus problemas personales debido a su adicción al alcohol.
En tanto, Powell es una de las mujeres más ricas del mundo, con una fortuna que la revista Forbes calcula en 18.800 millones de dólares. Desde 1997 trabaja en College Track, una ONG que ayuda a que los jóvenes con bajos ingresos a acceder a la universidad. En el año 2000 fundó Emerson Collective, una plataforma que realiza donaciones e inversiones en proyectos centrados en la migración y justicia social.
Recientemente se había dado a conocer que Laurene Powell Jobs estaba saliendo con el chef y empresario Daniel Humm, propietario de Eleven Madison Park en Nueva York. Además, se asoció con Leonardo DiCaprio y su fundación Earth Alliance que lucha por el medio ambiente y contra el cambio climático.
Powell y Jobs se conocieron en 1989 en una conferencia que dio allí Jobs en la universidad de Stanford. Se casaron en 1991 en un hotel del Parque Nacional de Yosemite en una ceremonia oficiada por un monje budista y él siempre habló de su esposa con admiración: “No podría haberlo hecho mejor, porque Laurene no solo es inteligente y hermosa, es una muy buena persona”. Estuvieron juntos durante 20 años. y fueron padres de tres hijos.
Jobs además era padre de Lisa Brennan-Jobs, de una relación anterior con Chrisann Brennan. Durante varios años, Jobs negó la paternidad, pero finalmente la reconoció obligado por la Justicia.
Un relato que Lisa Brennan-Jobs ofreció en detalle con la publicación de su libro, Small Fry. Poco antes de la salida a bolsa de Apple, Jobs se apresuró a llegar a un acuerdo económico (que incluía una pensión alimenticia de 500 dólares al mes) con la madre de Lisa para evitar que sus asuntos personales afectasen al prometedor futuro bursátil de la compañía.
Durante los breves periodos de tiempo que Lisa pasó con su padre se enfrentó a numerosas situaciones surrealistas que denotan en carácter huraño y maltratador de su progenitor. Una de las situaciones más llamativas se produjo cuando Jobs se negó en repetidas ocasiones poner calefacción en la habitación de su hija bajo la excusa de que, de este modo, le estaba inculcando “un sistema de valores”.
Otro de los momentos más incómodos para Lisa protagonizado por Jobs fue cuando el gurú de Apple simuló estar manteniendo sexo con su mujer Laurene y pidió a la niña que permaneciera en la habitación para compartir lo que calificó de “un momento en familia”.
A lo largo de su vida, Jobs se mostró muy tacaño hacia Lisa. En extractos de su libro publicados por la prensa norteamericana se cuenta como Jobs repetía a su hija que ésta no recibiría “nada” de su fortuna aunque, tras la muerte del gurú, ella resultó finalmente incluida en su testamento. Pese al rechazo inicial, Lisa reconoció que con el paso del tiempo aprendió a quererlo y lo perdonó. En los últimos años de vida del CEO de Apple, padre e hija lograron tener una buena relación.