El servicio de ambulancias se ha convertido en una nueva víctima de la crisis política y económica de Venezuela, debido a los problemas para abastecerse de combustible y dirigirse a atender emergencias mientras la escasez de gasolina empeora.
Por LUZ DARY DEPABLOS y SCOTT SMITH /
Las enormes filas, que se extienden por kilómetros (millas) en las gasolineras, son algo común para los residentes que viven en estados fronterizos o en zonas remotas del país sudamericano, que cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo.
Sin embargo, los socorristas en el estado montañoso de Táchira, dijeron esta semana que no pudieron atender un servicio prioritario debido al trabajo de los traficantes que llevan la gasolina de bajo precio de Venezuela a Colombia a cambio de grandes ganancias.
“No podemos equipar unas ambulancias”, comentó Nelson Suárez, asistente médico de servicios de Protección Civil. “Tenemos unidades que en ruta a emergencias se nos han quedado sin combustible”.
Suárez dijo que sin gasolina, los conductores no pueden proporcionar transporte de rutina a mujeres que dan a luz, a los pacientes de edad avanzada con enfermedades terminales que necesitan atención y a los diabéticos que requieren diálisis. Los trabajadores médicos señalaron que sólo es cuestión de tiempo antes de que la escasez termine en una muerte innecesaria.
El lunes, la gravedad de la situación quedó expuesta luego de que dos soldados y un civil que resultaron heridos en un accidente de tránsito se vieron obligados a depender de un automovilista que pasaba por el lugar para que los trasladara a una clínica regional y fueran atendidos debido a que no se pudo enviar una ambulancia por ellos. Sus lesiones resultaron ser relativamente menores.
Venezuela estuvo alguna vez dentro de las naciones más acaudaladas de Latinoamérica, rica con abundantes reservas de petróleo. Pero la producción se ha desplomado a una quinta parte de los máximos de hace dos décadas, resultados que los críticos atribuyen a años de corrupción y mala gestión en la petrolera estatal PDVSA del gobierno socialista.
El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, que respalda al líder opositor Juan Guaidó, impuso sanciones a PDVSA hace unos meses en un intento por ejercer presión para que el mandatario venezolano Nicolás Maduro deje el cargo.
Por su parte, Maduro acusa a Estados Unidos de encabezar una guerra económica empeñada en derrocar a su gobierno socialista.
En medio del fervor político, muchos venezolanos han tenido problemas para encontrar gasolina, aunque la capital Caracas se ha librado del desabastecimiento.
Los agricultores en Táchira, estado limítrofe con Colombia, reportaron una escasez de gasolina a principios del año, que evitó que pudieran enviar sus productos al mercado. Sus cosechas, de zanahorias y papas, se echaron a perder en los campos en momentos en los que se vive una hambruna sin precedentes en Venezuela, y que ha provocado que más de 4 millones de personas huyan al extranjero.
Luis Vicente León, director de la firma encuestadora Datanalisis con sede en Caracas, dijo que el problema se deriva de un próspero mercado negro en el que la gasolina barata de Venezuela es vendida en Colombia a precios internacionales.
En Venezuela, aproximadamente cinco automóviles pueden llenar su tanque con la gasolina subsidiada a cambio de un centavo estadounidense lo que, según León, la vuelve más económica que una botella de agua y más redituable para traficar que las drogas.
Añadió que es probable que las ambulancias sean excluidas de las gasolineras por oficiales corruptos que reciben una mejor paga de los oportunistas que roban combustible y lo llevan al país vecino.
“Lo único que le importa (al traficante) es quién paga” más, comentó León.
Rodolfo Suárez, coordinador político de Maduro en Táchira, rechazó el jueves las afirmaciones sobre que las ambulancias no tenían suficiente gasolina y culpó a las sanciones y medidas económicas de Estados Unidos por la escasez en Venezuela.
Aseveró que los críticos usan los medios para fines políticos, para tratar de socavar el trabajo que se realiza en Táchira para el beneficio de la salud de los residentes.
Sin embargo, Jaiberth Zambrano, director de servicios de Protección Civil de Táchira, dijo que durante el fin de semana los conductores de ambulancias comenzaron a enviar sorprendentes mensajes a los operadores de radio, diciendo que agentes de la Guardia Nacional les impedían cargar gasolina.
“Las personas creen” que Protección Civil llegará “en cuestión de minutos al recibir una llamada”, comentó Zambrano. Agregó que la falta de gasolina “limita los trabajos de Protección Civil Táchira a lo largo y ancho de todo el territorio”.