El potente tifón Hagibis se abatió sobre Japón la noche del sábado, especialmente sobre la enorme aglomeración de Tokio, con unas lluvias “nunca vistas” que provocaron inundaciones y corrimientos de tierra que dejaron al menos cuatro muertos, según un balance provisional.
Más de 90 personas resultaron heridas y unas 15 estaban desaparecidas.
Hagibis había tocado tierra poco antes de las 19h00 hora local (10H00 GMT) y alcanzó la capital nipona hacia las 21h00, acompañado de vientos de cerca de 200 km/h, según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
Hacia las 23h00 (14H00 GMT), la lluvia y las rachas de viento cesaron en Tokio y el tifón se encaminó hacia el noreste.
El sábado por la mañana, el tifón dejó un muerto en la región de Chiba (periferia este de Tokio). Se trata de un hombre que fue hallado en una camioneta volcada, según los bomberos.
En la ciudad de Kawasaki, cerca de Tokio, un sexagenario fue hallado ahogado en su hogar bajo 3 metros de agua.
También se registraron varios deslizamientos de tierra, uno de ellos en la región de Gunma (en el norte de Tokio), que dejó otra víctima mortal, un hombre de unos sesenta años.
La cuarta víctima, una mujer, estaba en parada “cardiorrespiratoria”, un término que suele usarse en Japón antes de que un médico oficial certifique la muerte. Fue arrastrada por un corrimiento de tierra cuando se encontraba en su casa en Samigahara, al sudoeste de Tokio, según medios locales.
Unas 15 personas estaban desaparecidas. Tres de ellas se trasladaban en un vehículo que fue arrastrado por la corriente tras el hundimiento de un puente en la región de Nagano (centro), confirmó a la AFP un responsable local.
Alrededor de 7,3 millones de japoneses recibieron consignas de evacuación, después de que las precipitaciones alcanzaran unos niveles de récord que motivaron la activación de la alerta máxima por lluvias en varias regiones, un nivel reservado ante la previsión de posibles catástrofes.
Varias decenas de miles de personas siguieron la recomendación y fueron acogidas en refugios (gimnasios, salas polivalentes) abastecidas con raciones de emergencia, agua y mantas.
– “Estruendo infernal” –
“Me fui porque el otro tifón arrancó el tejado de mi casa y ahora llovía dentro de casa. Estoy muy preocupado”, contaba a la televisión local un anciano de 93 años que acudió a uno de estos refugios en Chiba, una zona afectada por otro tifón el mes pasado.
Además, un sismo de magnitud 5,7 sacudió esta zona por la tarde, pero no provocó ningún tsunami.
“Tengo 77 años y nunca he vivido esto. En el piso de arriba de casa se oye un estruendo infernal de lluvia y viento, que levantó un pedazo del tejado. La casa ha temblado durante una hora”, declaró a la AFP Hidetsugu Nishimura, un habitante encerrado en su casa en Yohohoma (oeste de Tokio).
La JMA alertó sobre el riesgo deslizamientos de tierra, olas inmensas e inundaciones.
Varios ríos se desbordaron, entre ellos Tama, al oeste de Tokio, que pasa por zonas altamente pobladas.
Las autoridades liberaron parcialmente el agua de varias presas que amenazaba con desbordarse, lo que aumentó los temores de inundaciones.
Varias alarmas por desbordamientos de agua se activaron en la central Fukushima-Daiichi (noreste), devastada por un tsunami en marzo de 2011, pero el operador Tokyo Electric Power no indicó ninguna anomalía grave por el momento.
Cerca de medio millón de hogares se quedaron sin electricidad el sábado en la región de Tokio, varias fábricas cerraron y numerosos supermercados y tiendas de alimentación de la capital tampoco abrieron el sábado.
– El rugby y la F1, afectados –
El tifón también motivó la cancelación de tres partidos del Mundial de rugby (Francia-Inglaterra y Nueva Zelanda-Italia, previstos el sábado; y Namibia-Canadá, previsto el domingo en el norte del país); y retrasó hasta el domingo por la mañana las pruebas clasificatorias del Gran Premio de Fórmula 1 en el circuito de Suzuka.
Hagibis también podría comprometer el decisivo choque previsto el domingo entre Escocia y Japón. Los organizadores tomarán una decisión al respecto la mañana del domingo, tras evaluar los daños sufridos por los estadios y las redes de transporte.
El tifón dejó paralizado además el transporte en la gran región de Tokio, en un fin de semana que se prolonga hasta el lunes (día feriado), con las redes aéreas, ferroviarias y las líneas de metro suspendidas el sábado.
Japón suele verse golpeado cada año por una veintena de tifones. Antes de Hagibis, Faxai dejó al menos dos muertos en septiembre y provocó importantes daños en Chiba. Más de 36.000 casas resultaron dañadas o destruidas y numerosos hogares quedaron privados de electricidad durante semanas.
AFP