La deserción escolar ha alcanzado cifras históricas que el Gobierno Nacional y el Ministerio de Educación no confirman, pero que los sindicatos de educadores y organizaciones no gubernamentales (ONG) sí las hacen públicas. En Lara estiman que 35% de los estudiantes abandonen escuelas y liceos por los múltiples factores que agrupa la grave crisis de Venezuela.
Por Jordán / Marchán | LA PRENSA de Lara
Según los sindicatos de docentes y la dirección de la Unidad Democrática Educativa (UDSE) los factores que obligan a los alumnos a alejarse de las aulas es, principalmente, por la migración que hay en la actualidad o porque la falta de servicios básicos como el agua y la electricidad, la escasez de comida y lo caro de útiles y uniformes escolares los golpea bastante.
“Los informes de los supervisores de la Zona Educativa pueden estar sesgado en cuanto a la cantidad de estudiantes en las instituciones educativa se refiere simplemente para no mostrar la realidad”, fue la conclusión que expresó un miembro de la comunidad educativa de un liceo ubicado en el este de Barquisimeto. Y es que el panorama que indicó la fuente se evidencia en instituciones como por ejemplo el Coto Paúl que de 36, aulas solo 30 cuentan con presencia de estudiantes, mientras que en la Acosta Ortíz de 13 aulas funcionan 10 y en la Rafael Monasterio, de 23 funcionan 20.
“Son más los pupitres vacíos que los estudiantes sentados porque la ausencia de ellos cada día se ve”, expresó Ángel García (nombre ficticio) profesor de la escuela Valmore Rodríguez de Palavecino cuando confirmaba la deserción escolar.
Padres y representantes consultados han expresado que la falta de la distribución del Programa de Alimentación Escolar (PAE), en estas primeras semanas de clases ha hecho que los jóvenes no asistan de manera regular a sus clases, originando más la deserción escolar.
“La falta de carnes y mucha harina y granos no es comida suficientes para nuestros hijos”, expresó una representante que esperaba la salida de su hija.
Hay padres que residen lejos de los centros de estudios de sus hijos que necesitan llevarlos en transporte público, ya que los privados cobran un realero.