Qué se puede comprar con el nuevo salario mínimo en Venezuela

Qué se puede comprar con el nuevo salario mínimo en Venezuela

Donde se observa una vendedora de hortalizas en un local de venta de alimentos en un mercado popular, en Caracas (Venezuela).  EFE/MIGUEL GUTIERREZ

 

En casi siete años de gobierno, Nicolás Maduro ha decretado 28 aumentos del salario mínimo. El más reciente fue de 40.000 a 300.000 bolívares, cifras enormes en el papel pero en la práctica no representan mucho dinero. El ingreso básico de esta nación sudamericana pasó de 2 a 15 dólares. Y para los pensionados y jubilados es de 7,5 dólares pues no reciben una compensación adicional, el bono de alimentación, al no ser trabajadores activos.

Por Elizabeth Ostos / infobae.com

Es el segundo año de hiperinflación en Venezuela, la política macroeconómica oficial se ha focalizado en incrementar salarios u otorgar bonificaciones sin que hasta el presente se haya presentado un plan que intente detener el alza desmesurada de sueldos y salarios.

(Foto archivo)

 

Según la más reciente estimación del Fondo Monetario Internacional, para fines de 2019 la inflación cerrará en 200.000%, luego de haber calculado y divulgado a principios de año que la cifra sería de 10.000.000%. Y para 2020 la inflación repuntará y cerrará en 500.000 %.

“Nada qué hacer, todo sigue subiendo de precio y lo que ganamos los venezolanas no alcanza para nada. Yo no percibo el sueldo mínimo, siempre he tenido más. Como lo que puedo y mal”, dice a Infobae Jhonny Martínez un técnico eléctrico quien recorría un mercado caraqueño.

Asegura que sus ingresos al mes llegan a 684 000.000 bolívares (40 dólares al tipo de cambio oficial). “Con esto pago algo de comida y pocas proteínas, como pollo cada 15 días, leche escasas veces y huevos con alguna frecuencia. Una compra para mi familia de 5 personas puede estar entre los 25 y 30 dólares a la semana. Ahora, todos piden la moneda americana, esto es una locura”, declaró a Infobae.

Se observa un hombre comprando frutas en un local de venta de alimentos en un mercado popular, en Caracas (Venezuela).  EFE/MIGUEL GUTIERREZ

 

Dice que se mueve a su trabajo en el Metro de Caracas, “y me ahorro un buen dinero porque ese servicio no se paga aun cuando presenta muchas fallas y nunca está limpio. Cuando se paran los trenes o se va la luz, me toca caminar largo. Me preocupa porque un par de buenos tenis (zaparos deportivos) están en 50 dólares. Hace 2 meses me compré unos zapatos chinos en 17 dólares y se me rompieron al poco tiempo de uso, así que ando con un remiendo en los pies”.

Aseguró que “el metro de Caracas era una tacita de plata. Ahora es gratis y no hay suficiente personal para limpiarlo y atenderlo, su situación es muy precaria. El nuevo gobierno tendrá que inyectarle mucho dinero”.

Responsabilidad social

Para Felipe Capozzolo, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios- Consecomercio-, “el salario mínimo en Venezuela es una ficción porque casi nadie lo cobra, son solo algunos sectores del sector público y los jubilados y pensionados. Ante este escenario de hiperinflación, el sector empresarial está consciente de que tenemos que pagar mucho más como política de retención del personal. En algunas empresas hay bonificaciones en dólares y pólizas de seguro médico que trabajan con moneda extranjera. La fuga de talento nacional hacia el exterior ha sido enorme y queremos evitar que se profundice, haciendo un enorme esfuerzo”.

Añade que en los estados fronterizos en donde la crisis de suministro de energía y de combustible “el ingreso mínimo no existe porque la moneda que marca la pauta es el dólar. Los habitantes de Táchira (sur occidente) y Zulia (occidente) deben pagar un dólar por cada litro de gasolina a los contrabandistas quienes tienen el control de la distribución de lo poco que llega a la frontera. El mito de que en Venezuela se pagaba la gasolina más barata del mundo se cayó con lo que pasa en Zulia y Táchira”.

“Con el nuevo ingreso mínimo no se resuelve un mercado (compras de comida), es un paño caliente que obedeció a la petición de los empleados públicos quienes son muy mal pagados”, finaliza Capozzolo.

En los mercados

Carlos dice a Infobae que “es un chiste eso que hizo Maduro con el aumento del salario mínimo. Vendo huevos por unidad o por medio cartón de 15 huevos en Bs. 39.000 (2 dólares) o un cartón entero de 30 en Bs. 78.000 (3,9 dólares). Desde hace varios meses opté por ofrecer el producto detallado de modo de que si alguien quiere llevarse uno o dos huevos para complementar el almuerzo, yo se los vendo”.

Este comerciante trabaja en un mercado municipal del centro de Caracas, en donde el gobierno organiza operativos de venta de carne en los llamados “combos bolivarianos”. Por Bs.98.000 (5 dólares) se pueden comprar 5 kilos de varios cortes de carne. El gobierno subsidia parte del costo de la carne pues un kilo de bisteck de primera oscila entre 55.000 y 75.000 bolívares (2,8 y 3,8 dólares). Los beneficiarios de la oferta son vecinos del sector en donde está el mercado. Deben tener el aval del consejo comunal (grupos afectos al oficialismo) de la zona. De lo contrario, no podrán comprar nada.

Héctor Villarroel es el encargado de un puesto de frutas en un mercado del este de Caracas: “Acá todo es más caro porque pagamos impuestos, transporte, mantenimiento, los costos son mayores. Las ventas están muy flojas y creo que eso de que aumentaron el sueldo no significará nada porque con Bs. 40.000 se compraba poco y no se hará mucho los Bs. 300.000”.

Asegura que la mercancía que vende llega de los Andes venezolanos. “La factura final me llegó abultada porque los transportistas tienen que comprar la gasolina en el mercado negro y pagar peaje (coimas) a los policías y militares que se atraviesan en las autopistas y revisan y se llevan cosas. En algunas ocasiones, he tenido que ajustar los precios sobre la marcha porque las frutas han llegado con 30% más de su valor inicial”.

Jorge Montes es otro vendedor. Trabaja con flores y asegura que “nadie está comprando porque los precios de los ramos subieron. Con Bs. 55.000 (27 dólares) la gente se puede llevar un arreglo modesto. Pero con esta crisis tan fuerte, los clientes compran comida y más nada, no hay lujos”.

Las opciones de combos

En un circuito comercial del este de Caracas varios emprendedores han ideado ofertas con almuerzos y meriendas. Se trata de los combos con varias opciones para el comensal: arepas, empanadas, comida árabe, pinchos de carne o pollo. Luego de las 4 de la tarde la oferta se expande a coctelería.

Uno de los dueños de la iniciativa aseguro a Infobae que aun cuando la crisis económica pega a todos “hay quien puede comprar un poquito más si le armamos combos de comida o de bebidas. Los clientes nos pueden pagar con dólares en efectivo o con punto de venta en bolívares pero calculado a la tasa del costo del dólar por día”. Una cerveza artesanal cuesta 4 dólares, un combo con arepas y bebidas 8 y un sándwich árabe con jugo de frutas 7 dólares.

El empresario, quien no quiso identificarse, está consciente de que su clientela “es otra Venezuela con más poder adquisitivo pero igual tenemos que diseñar promociones con tragos o comidas y bebidas. Es verdad que a nuestros puestos no vienen ni los jubilados ni los trabajadores del gobierno aun cuando también es verdad que lo poco que queda de clase media en Venezuela se resiste a estar encerrada en su casa, sale y gasta un algo de dinero. Muchos de mis clientes reciben remesas de familiares quienes bien en el exterior o perciben dólares en su trabajo”.

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