La Policía británica prosigue este sábado con los interrogatorios a los cuatro detenidos por su supuesta implicación en el hallazgo de 39 cadáveres en un camión frigorífico en un polígono industrial de Essex (este de Inglaterra).
El primer detenido fue el conductor de la cabina del camión, un hombre norirlandés de 25 años, arrestado el pasado miércoles como sospechoso de asesinato.
Los agentes procedieron el viernes a efectuar las detenciones de un hombre y una mujer de la localidad de Warrington, ambos de 38 años, por su supuesta implicación en delitos de “homicidio” y “conspiración para traficar personas”.
El cuarto es un hombre de 48 años de Irlanda del Norte, detenido ayer en el Aeropuerto de Stansted (Londres) como sospechoso de “conspiración para tráfico de personas y homicidio”, según confirmó ese cuerpo policial.
Por su parte, la oficina de la Fiscalía belga indicó a la agencia británica de noticias Press Association (PA) que las fuerzas de seguridad de ese país tratan de identificar al conductor que llevó hasta el puerto belga de Zeebrugge el tráiler del camión frigorífico que posteriormente fue recogido por el otro conductor norirlandés en Inglaterra.
Un portavoz de la fiscalía belga indicó además que trabajan para tratar de determinar “la ruta trazada por el contenedor” frigorífico y localizar a algún responsable de haber “colaborado con el (modo de) transporte”.
El cuerpo policial de Essex creyó inicialmente que todos los fallecidos eran “de origen chino”, si bien posteriormente se determinó que entre los cadáveres podría haber ciudadanos vietnamitas.
La subinspectora de la Policía de Essex, Pippa Mills, afirmó que no se darán más detalles sobre las nacionalidades de las víctimas hasta que se haya completado la identificación formal de todas ellas.
Se sabe que el tráiler llegó al puerto de la localidad inglesa de Purfleet, a orillas del Támesis, en barco, procedente de Zeebrugge (Bélgica) en la madrugada del miércoles.
Una vez en Purfleet, descrito por algunos lugareños como “un imán para inmigrantes ilegales” por las laxas medidas de seguridad y poca vigilancia, fue recogido a las 00.05 GMT por el otro conductor, el norirlandés identificado por los medios como Mo Robinson.
La Policía reveló que esa cabina llegó al puerto de Holyhead (norte de Gales) en ferry, procedente de Irlanda del Norte, el pasado domingo.
Las sospechas se centran cada vez más en que sea un caso de trata de personas en lugar de entrada irregular de refugiados o emigrantes.
Las autoridades británicas han alertado sobre la amenaza en aumento que plantean las mafias de personas que operan vía Bélgica en los últimos tres años.
La Agencia Nacional del Crimen británica (NCA) también colabora con la Policía para identificar a “grupos criminales organizados que pudieron haber participado” en lo ocurrido. EFE