Un mes después de que empezaran en Irak las manifestaciones para pedir “la caída del régimen”, este domingo hubo de nuevo cortes de carreteras y escuelas y administraciones cerradas para mantener la presión sobre el gobierno.
El movimiento de protesta empezó el 1 de octubre y ha estado marcado por enfrentamientos entre policía y manifestantes que dejaron oficialmente 257 muertos.
Sin embargo, desde el 24 de octubre las manifestaciones, cada vez más numerosas, tienen un carácter más festivo y están organizadas por estudiantes y sindicatos.
Los manifestantes volvieron este domingo a llamar a la desobediencia civil, mientras que los sindicatos de profesores, ingenieros, médicos y abogados declararon una huelga general que paraliza a las principales escuelas y administraciones de Bagdad y del sur del país.
Las promesas del gobierno de reformar el sistema de contratación y las pensiones no han debilitado las protestas.
“Empezamos una campaña de desobediencia civil porque estamos hartos de las mentiras del gobierno y de las supuestas reformas”, dijo a la AFP Mohamed Al Asadi, que se manifestaba en Nasiriya (sur), donde los principales carreteras y puentes están cortados.
En Bagdad, grupos de jóvenes manifestantes aparcaron sus coches cortando la carretera y hubo manifestaciones de estudiantes y niños saliendo de las escuelas vacías rumbo a la plaza Tahrir, el epicentro de las protestas, indicaron periodistas de la AFP.
En Diwaniya (sur), una pancarta en la sede del consejo provincial rezaba: “Cerrado por orden del pueblo”.
En Kut, al sur de Bagdad, Tahsin Naser, un manifestante de 25 años, explicó a la AFP que cortar carreteras sirve para enviar “un mensaje al gobierno”. “Les decimos que nos quedaremos en la calle hasta la caída del régimen y la salida de los corruptos y ladrones”, añadió.
En Al Hilla, en la provincia de Babilonia, en el sur de Bagdad, la mayoría de funcionarios están en huelga, según un periodista de la AFP. Los manifestantes piden mantener la huelga “hasta la caída del régimen”.
En Basora, en el sur del país, las escuelas públicas estaban cerradas por primera vez desde que empezó el movimiento. Y en las ciudades santas chiitas de Kerbala y Najaf, cada vez más estudiantes de religión participan en las manifestaciones.
Además, los manifestantes siguen bloqueando la carretera que lleva al puerto de Um Qasr (sur), lo que podría perturbar las importaciones, sobre todo de alimentos. Según indicó a la AFP una fuente portuaria, decenas de barcos no pudieron descargar.
– Movimiento histórico –
El movimiento es histórico en Irak porque por primera vez desde la caída de Sadam Husein en 2003 un movimiento de protesta es espontáneo y está liderado por los sindicatos.
En tiempos de Sadam sólo estaban autorizadas las manifestaciones para apoyar al presidente o a su partido Baas. Tras la invasión de Estados Unidos que lo hizo caer, las manifestaciones se convirtieron en demostraciones de fuerza de los distintos partidos del país.
Pero como apunta Harith Hasan, un investigador del centro Carnegie, “la sociedad civil, tras años de autoritarismo del Baas y de confesionalismo, recobra la vida”.
Sin embargo, los manifestantes están amenazados por campañas de intimidación y violencia, denunciadas por la comunidad internacional.
Se han registrado ataques a medios y a blogueros así como secuestros de activistas políticos. Este domingo la comisión gubernamental de derechos humanos anunció el secuestro de Saba Mahdaui, una médica que distribuía medicinas entre los manifestantes.
En la plaza Tahrir, los enfrentamientos nocturnos dejaron otro muerto y decenas de heridos, según fuentes médicas.
La policía usa granadas lacrimógenas diez veces más pesadas que las que se usan en el resto del mundo y que pueden romper el cráneo y los huesos, denunció Amnistía Internacional (AI).
AFP