La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya condenó el jueves al exguerrillero congoleño Bosco Ntaganda a 30 años de cárcel por crímenes de guerra y lesa humanidad, la pena más importante pronunciada en la historia de esta institución.
Apodado el “Terminator del Congo”, Ntaganda, de 46 años, había sido declarado culpable en julio por la CPI de 18 cargos, entre ellos crímenes sexuales, matanzas, reclutamiento de niños soldados o desplazamientos forzados perpetrados en torno al año 2000.
Citando sus “múltiples crímenes”, el juez Robert Fremr declaró que la condena contra Ntaganda “quedaba fijada en 30 años de cárcel”.
“Se cometieron crímenes a gran escala”, dijo el juez Fremr, explicando que los magistrados habían tomado en cuenta la “particular crueldad” de Ntaganda.
En total, el exjefe guerrillero fue condenado por 13 crímenes de guerra, cinco crímenes contra la humanidad y es el primer acusado por esclavitud sexual por la CPI.
La CPI le impuso además la pena más alta prevista por la Corte en términos de duración, pero no le condenó a cadena perpetua, un veredicto también posible y que los jueces dijeron reservarse para crímenes aún más graves.
Un portavoz de la CPI explicó que se trataba de la condena más importante pronunciada en la historia de la institución, creada en 2002 para juzgar las atrocidades que se cometen en el mundo.
Ntaganda, vestido con un traje azul y corbata roja, se mantuvo impasible al escuchar la decisión de la Corte.
– Civiles masacrados –
Cuando lo declararon culpable en julio, los jueces habían subrayado que el papel decisivo de Ntaganda en los crímenes cometidos por sus tropas en 2002 y 2003 en Ituri, en el noreste de la RDC.
Según varias oenegés, más 60.000 personas murieron desde el inicio de la violencia en 1999 en Ituri, una región inestable y rica en minerales.
Ntaganda está detenido en La Haya desde 2013 y ya apeló esta condena, como también tendrá derecho a apelar la pena de cárcel pronunciada el jueves.
Según la acusación, Bosco Ntaganda tuvo un papel central en la planificación de las operaciones de la Unión de Patriotas Congoleños y de su brazo armado, las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo (FPLC).
En su juicio, los fiscales describieron gracias a testimonios los abusos ordenados o perpetrados por Ntaganda en aldeas congoleñas: ejecuciones de civiles con machetes, mujeres embarazadas destripadas, sacerdotes asesinados o bebés muertos a golpes.
Ntaganda, exgeneral del ejército congoleño, se definió como “revolucionario” y no como criminal y rechazó su apodo de “Terminator”.
Nacido en Ruanda, donde formó parte del Frente Patriótico Ruandés (FPR), Ntaganda, originario de una familia tutsi, tenía fama de ser un líder carismático, con debilidad por los sombreros de vaquero y por la gastronomía.
General del ejército congoleño de 2007 a 2012, se convirtió luego en uno de los miembros fundadores del grupo rebelde M23, derrotado por las fuerzas del gobierno en 2013.
Finalmente Ntaganda tuvo que huir a Ruanda, y se refugió en la embajada de Estados Unidos en Kigali, desde donde pidió su traslado a la CPI, una iniciativa inédita en la historia del tribunal.
Bosco Ntaganda es uno de los cinco jefes de guerra congoleños que han comparecido ante este tribunal.
AFP