La concepción de Michael Jordan como el más grande de la historia del baloncesto se cimenta sobre leyendas como la del famoso partido de la gripe (¿o de la resaca?) o la más reciente, confesada por la ex estrella de los Chicago Blackhawks, Jeremy Roenick, que sorprendió con una historia de apuestas, alcohol, golf y baloncesto en la que Jordan volvió a demostrar que es de otro planeta.
El exjugador de la NHL acudió a un programa de radio en Chicago y aprovechó para contar una historia inédita sobre un día de golf con Jordan: “Estábamos los dos a punto de terminar la temporada 91-92 y me llamó para jugar un partido de golf la mañana en la que se enfrentaban a los Cavaliers”, recuerda la mítica estrella del hockey hielo.
“Jugamos una ronda y le gané un par de miles de dólares y estaba preparado para irme. Esa noche los Bulls jugaban contra Cleveland y pensaba que él iba a querer irse a casa a descansar. Pero no, me dijo de jugar de nuevo”, recuerda Roenick antes de continuar con el relato. “Llenamos una bolsa con hielo y unas Bud Light (cerveza) y volvimos a jugar otros 18 hoyos y volví a ganar otros 2.000 dólares. Habíamos estado bebiendo toda la tarde y él tenía que irse directo a jugar”.
El ex jugador de los Blackhawks recuerda que bromeó con Jordan y le dijo que iba a llamar a su corredor para jugarse el dinero que le acababa de ganar apostando contra el equipo de Chicago. Entonces el mito de Chicago se volvió y le djio: “Te apuesto a que esta noche ganamos de más de 20 puntos y yo voy a anotar más de 40”.
“El hijo de p… salió y anotó 52 puntos para terminar ganando a los Cavaliers por 24 después de un día de golf en el que él se tomó al menos 10 latas de cerveza. Es el mejor deportista que he visto”, concluía un asombrado Roenick, figura histórica de la NHL.