El papa Francisco viajó al distrito de Sam Phran, a unos 35 kilómetros de Bangkok, donde se encuentra la segunda comunidad católica más grande de Tailandia, para reunirse con los religiosos y obispos tailandeses y elogiar su compromiso con una población que sufre “una pobreza y explotación extendida”.
El papa fue recibido por decenas de miles de personas en este casi considerado “pueblecito católico” por la alta concentración de fieles y donde se encuentra la parroquia de San Pedro, un colegio del mismo nombre y el santuario del beato Nicolas Bunkerd Kitbamrung.
Además para la ocasión llegaron también un gran numero de católicos chinos y trabajadores de esa nacionalidad que viven en Tailandia.
El padre Anusorn Kaewkhachorn, director del santuario del beato Nicolás Bunkerd Kitbamrung, explicó a la prensa local que en este lugar existe “la segunda comunidad católica más grande (de Tailandia) después de la de Baan Tharae en Sakon Nakhon”.
Navaporn Kitsawat, una mujer que trabaja como catequista en la parroquia, explicó a EFE que la comunidad está formada por cerca 18.000 personas que llegan de los pueblos cercanos y todos ellos reciben un nombre católico. El suyo es Anna.
Por su parte Panipa, de 18 años y alumna del colegio San Pedro, llevaba esperando horas para ver pasar el papamóvil. Aunque es budista ha cursado sus estudios en ese centro educativo católico, donde dice que conviven “sin problemas” ambas confesiones. Asegura que le encanta Francisco porque es una persona que parece “buena”.
La primera etapa de Francisco fue la reunión con los religiosos y religiosas del país asiático en la pequeña parroquia de San Pedro, hecha con bambú en 1840 por los misioneros y que, aunque ha sido reconstruida en varias ocasiones, mantiene la forma original de una barca de madera para recordar al apóstol pescador.
Allí Francisco recordó la frase de Benedicto XVI de que “la Iglesia no crece por proselitismo sino por atracción” y por tanto les instó a no tener “miedo de querer ‘inculturar ‘ el Evangelio cada vez más”.
“Es necesario buscar esas nuevas formas para transmitir la Palabra, capaz de movilizar y despertar el deseo de conocer al Señor”, les dijo para que no parezca que “la fe cristiana es una fe extranjera, es la religión de los extranjeros”.
También valoró de los representantes de la Iglesia católica en Tailanedia que “logran ver belleza donde otros tan sólo ven desprecio, abandono o un objeto sexual a ser utilizado”.
Después el pontífice cruzó la calle, arropado por los miles de fieles que se congregaron en este oasis católico en un país de mayoría budista, para entrar en el santuario del Beato Nicolás Bunkerd Kitbamrung, el primer mártir tailandés, beatificado el 5 de marzo de 2000 por Juan Pablo II y que murió en 1944 de tuberculosis tras ser encarcelado debido a la persecución contra los católicos.
En este lugar de peregrinación para los católicos tailandeses -cerca de 388.000 personas, que suponen alrededor del 0,58 % de la población- y del resto de fieles de los países cercanos, el papa encontró a los obispos del país que visita y a los representantes de la Federación de Conferencias Episcopales asiáticas.
A ellos Francisco les señaló que “viven en medio de un continente multicultural y multirreligioso, dotado de gran belleza y prosperidad, pero probado al mismo tiempo por una pobreza y explotación extendida a varios niveles”.
“Ustedes cargan sobre sus hombros las preocupaciones de sus pueblos, al ver el flagelo de las drogas y el tráfico de personas, la necesidad de atender un gran número de migrantes y refugiados, las malas condiciones de trabajo, la explotación laboral experimentada por muchos, así como la desigualdad económica y social que existe entre los ricos y pobres”, indicó.
Y valoró que “en medio de estas tensiones está el pastor luchando e intercediendo con su pueblo y por su pueblo”, como los antiguos misioneros, para afirmar a continuación que se tiene que “aprender mucho” de las iglesias donde los católicos son minorías.
“¡Cuánto debemos aprender de ustedes, que en tantos de vuestros países o regiones son minorías, y no por eso se dejan llevar o contaminar por el síndrome de inferioridad o la queja de no sentirse reconocidos!”, dijo el papa.
Tras esta visita, Francisco regresará a Bangkok para una reunión interreligiosa y la misa con los jóvenes en la catedral de la Asunción. EFE