De acuerdo con la Guardia Costera de Estados Unidos, el tráfico de estupefacientes es tres veces mayor del que se da por tierra. En México puede ser una cifra similar o incluso más grande, sin embargo los decomisos por mar son significativamente menores que los que se dan por tierra.
Por Infobae
Los submarinos que se utilizan para el trasiego de droga son en su mayoría naves pequeñas y compactas para pasar desapercibidos por las guardias costeras, muchas de ellas incluso de manufactura improvisada.
La mayoría de embarcaciones viaja de países de centroamérica (principalmente Colombia, Guatemala, Honduras y Nicaragua) hacia México para entregar la droga que seguirá su camino por tierra rumbo a EEUU, mientras otras embarcaciones se acercan para cargar combustible y seguir su trayectoria al vecino país del norte.
En la mayoría de embarcaciones las condiciones de viaje son infrahumanas, el espacio tan reducido y falta de aire es una constante que amenaza la vida de sus tripulantes que saben que tal vez no regresen ya sea que los atrapen o incluso puedan fallecer. Pero ante las bajas probabilidades de conseguir una cantidad similar de dinero trabajando en otro sector fomal, ellos argumentan que se ven orillados y deciden arriesgarse.
Un testimonio de un ex tripulante colombiano que fue atrapado por la naval estadounidense y condenado a 27 años de prisión, detalló al portal de Univision que en los semisumergibles apenas se puede respirar y temen salir a la superficie para no ser identificados; uno de sus hermanos incluso murió en un viaje de este tipo por un paro cardíaco debido a la presión marítima y el calor.
Los tripulantes de estas embarcaciones son en su mayoría pescadores, que suelen ganar usualmente 200 dólares al mes, sin embargo cuando les piden realizar viajes con este tipo de cargamentos, al maquinista le pagan 25,000 dólares y a cada marinero 10,000, según los grados de confianza y se les da un 50% de anticipo.
Otro testimonio anónimo señaló que la corrupción que impera es lo que mantiene a flote la distribución constante de la droga, incluso que hay cabezas de cárteles que dan la ubicación, el día de traslado y de las rutas que transitarán para que sean atrapados y así rebajen su condena.
“El sistema está totalmente viciado, corrupto, de cada diez viajes que salen, siete son entrega de falsos positivos”, comentó el trabajador de un cártel que recuerda que la llamada “proviene de una cárcel federal”.
Las rutas ya están identificadas
Un análisis de expertos en seguridad estadounidenses de Stratfor, reveló que desde hace 10 años en México se han identificado al menos 27 rutas constantes para el trasiego de drogas que se distribuyen hacia McAllen, Del Río y Laredo, Texas, vía Tampico, donde también se ubica uno de los principales centros de distribución de cocaína y mariguana procedentes de Colombia, Brasil y Venezuela.
Así como siete rutas internacionales desde las cuales la droga y sus precursores llegan vía China, Venezuela, Colombia y Brasil, y que cruzan las fronteras mexicanas por Cancún, Veracruz, Ciudad de México, Acapulco y Jalisco, principalmente.
Se observa que las drogas con más rutas son la cocaína y la efedrina, mientras la mariguana se concentra sólo en dos áreas. Es evidente también en el análisis que todas las vías trazadas por los cárteles mexicanos conducen a Estados Unidos.
Según el mapa, una de las zonas en disputa por los cárteles de la droga se ubica en el sureste, y abarca Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas y una zona de Oaxaca, que va desde Santa María Chimalapa hasta Santiago Zacatepec y de ahí a las costas del Pacífico; por ella circula principalmente cocaína traída de Colombia, Venezuela y Brasil, que entra por Cancún.
La segunda zona en disputa va del centro al suroeste y abarca Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Morelos y algunos municipios de Puebla, en sus fronteras con Guerrero y Morelos y hasta Ahuatempan e Izúcar de Matamoros; Estado de México en la zona fronteriza de Morelos, Guerrero y Michoacán; Guanajuato, en el área limítrofe con Michoacán; Zacatecas, Nayarit y Aguascalientes, en los municipios cercanos a Jalisco.
Según el análisis de Stratfor, por esa área entra la efedrina proveniente de China, y desde Guerrero se traza una vía que cruza Michoacán, Zacatecas y Durango, para llevar esta sustancia a Sinaloa y Sonora, así como otra que parte de Guerrero y cruza Michoacán, Aguascalientes y San Luis Potosí, para llegar a Tamaulipas.
Y la tercera zona en disputa se ubica en el norte-centro, el sur de Coahuila y Chihuahua, todo Durango, la parte norte de Zacatecas y San Luis Potosí, junto con la mayor parte de Nuevo León. De ahí el avance de actividades delictivas en esas entidades.
Las rutas de efedrina y mariguana, que va de Durango a Sinaloa, va de Tamaulipas y lleva todo tipo de droga hacia Del Río, en Texas.
Respecto de las 27 rutas internas, la cocaína que entra por Cancún, procedente de Colombia, Venezuela y Brasil, se lleva hacia Tabasco y Oaxaca, a Yucatán y de ahí, vía marítima, a Veracruz, Tampico y Reynosa, Tamaulipas.
La cocaína que entra por Chiapas se lleva a Veracruz; de ahí a Tampico y a Guerrero, aunque vía Acapulco también hay una ruta directa de Colombia, que va también hacia Michoacán, y de ahí por mar a Puerto Vallarta, Jalisco, así como a Mazatlán y Culiacán, en Sinaloa.
También desde Guerrero hay una ruta para la cocaína vía terrestre a Michoacán, Jalisco, Zacatecas, Durango y Sinaloa.
La mariguana sale del norte de Veracruz hasta la frontera con Estados Unidos vía Laredo, y también de Durango para trasladarse a Sinaloa, donde hay producción de esta sustancia.
Las rutas por donde pasan todas las drogas son dos, con ocho ramales. La primera tiene su origen en la Ciudad de México y va hacia Tampico; de ahí para McAllen, Laredo y Del Río; la segunda nace en Sinaloa, por la zona de Culiacán y se extiende hasta Badiraguato, para ramificarse a Ciudad Juárez, Douglas, Nogales, Mexicali y Tijuana, en los estados de Chihuahua, Sonora y Baja California.
Los cárteles usan a pescadores y los abandonan si los atrapan
En Sinaloa, el origen de los cárteles más poderosos del país, se estima que los submarinos llega cargados con droga, que ya en tierra mexicana cuestan más del 500% del precio con el que salió de la costa colombiana.
Según testimonios recogidos por la cadena de televisión hispana Univisión, los pescadores afirman que las construyen en el municipio de Angostura, en el norte de Sinaloa, y que muchos de quienes trabajan pescando en el Pacífico sinaloense han recibido ofertas para salir a buscar la droga en altamar durante la noche y llevarla a tierra, por pagos que oscilan entre 400 y 500 dólares por día, si se trata de trasladarla a otros sitios, sin embargo la mayoría gana en promedio entre 10 y 15 dólares al día si solo la “bajan” a tierra.
El proceso de recogida consiste en salir entre cinco y 10 millas fuera de la costa para pasar la droga desde el semisumergible y subirla en las pangas (lanchas).
Estos pescadores no trabajan directamente para los cárteles de la droga, sino que son subcobtratados para realizar estos trabajos sin saber realmente de qué se trata, por lo mismo quedan desprotegidos como último eslabón de la cadena del trasiego de droga, incluso si son detenidos, se les abandona a su suerte.
“Es más fácil enviarla en grandes volúmenes por mar que por vía terrestre o por vía aérea. Es una manera de enviar grandes paquetes, entonces muchos de los grandes decomisos que se han dado en este país son submarinos semisumergibles, contenedores que viajan en barco”, ha opinado al respecto Alejandro Hope, analista de seguridad, a Noticieros Televisa.
Semar y Sedena decomisaron desde 2018 droga equivalente a más de 750 millones
En el más reciente informe de las autoridades, se señaló que a partir de diciembre de 2018, la SEMAR realizó el aseguramiento físico de 22,479.9 kilogramos de marihuana y 2,994 kilogramos de cocaína, evitará la producción de 20,313,161 dosis, cuyo valor se estima en 752,170,672 pesos.
Aunado a esto, aseguró 111 armas cortas y 63 largas, 47 embarcaciones menores de distintos tipos y 479 vehículos terrestres.
Detuvo 769 presuntos responsables de la comisión de delitos contra la salud y uso o portación de arma prohibida, quienes fueron puestos a disposición de la autoridad competente.
Asimismo en coordinación con autoridades de seguridad pública de los tres órdenes de gobierno y con el fin de reducir la violencia, en diversas regiones del país llevó a cabo operaciones navales, con las que obtuvo los siguientes resultados:
Aseguró 1,131 kilogramos de marihuana y 1,081 kilogramos de cocaína lo que impidió la distribución y consumo de un volumen equivalente a 3,841,688 dosis de ambas drogas, con valor estimado de 262,274,192 pesos.
Incautó 133 armas cortas y 83 largas, 12 embarcaciones de distintos tipos, una aeronave, 221 vehículos terrestres; además, tuvo a 464 personas presuntos responsables de delitos contra la salud y uso o portación de armas prohibidas, mismas que fueron puestas a disposición de las autoridades correspondientes.