Un fragmento de madera que se asegura procede del pesebre en el que fue acomodado Jesús tras su humilde nacimiento fue expuesto en Jerusalén, antes de su traslado a Belén para el lanzamiento oficial de la temporada navideña.
La pieza de madera, que mide apenas unos centímetros, estaba guardada en la Basílica de Santa María Maggiore en Roma. Fue entregada esta semana al custodio de la iglesia de Belén, quien dijo que representa “un gran honor a los creyentes y peregrinos en la zona”.
El lugar de la exposición es el Centro de Nuestra Señora de Jerusalén, donde se puede ver la pieza enmarcada en un relicario de plata. Más tarde será llevada a Belén, lugar del nacimiento de Jesús según la tradición cristiana.
Allí se espera que sea trasladada a la iglesia de Santa Catalina, aledaña a la Iglesia de la Natividad en la Plaza del Pesebre, justo a tiempo para el encendido del árbol de Navidad el sábado.
La procedencia de las reliquias antiguas suele ser dudosa. Pese a todo, son reverenciadas por los fieles cristianos, entre ellos los miles de peregrinos que acuden cada año a la Iglesia de la Natividad para visitar el lugar del nacimiento de Jesús.
“Estamos muy emocionados y agradecemos al Papa, al Santo Padre, Francisco, por el regalo y el derecho de guardar esta reliquia sagrada”, dijo Francesco Patton, custodio de Tierra Santa de la Iglesia católica, en un comunicado.
La reliquia tiene más de 2.000 años de antigüedad y “formó parte del pesebre en el que fue colocado el Niño Jesús”, según el comunicado. Fue enviado al Vaticano en el siglo VII.
Belén, situada en Cisjordania, recibe a miles de personas antes de la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, sobre todo de cristianos, que conforman el 1% de la población palestina en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.
Reuters