El coordinador especial de la ONU para Líbano, Jan Kubis, abogó este lunes a favor de una investigación sobre el “uso excesivo de la fuerza” en la represión de las protestas en Líbano, luego de un fin de semana de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
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El país es escenario, desde hace dos meses, de un movimiento contestatario inédito contra la clase política, que en general transcurría de forma pacífica pero que en los últimos dos días ha tomado un giro violento, con numerosos heridos entre policías y manifestantes.
Kubis señaló en Twitter la necesidad de identificar a “los instigadores de la violencia”, estimando “necesario” una “investigación (…) sobre el uso excesivo de la fuerza” por parte de las autoridades.
Lanzamiento de gases lacrimógenos y de balas de goma, así como lanzamiento de piedras y enfrentamientos a base de porras y bastones enturbiaron las movilizaciones de este fin de semana, cerca de la sede del Parlamento.
En Twitter, Diala Haidar, de la oenegé Amnistía Internacional, denunció “el uso excesivo de la fuerza” contra los protestantes.
Por su parte, la ministra del Interior, Raya El Hassan, reconoció este lunes la existencia de “errores”, y pidió una “investigación” sobre los incidentes y respeto para “la libertad de expresión”.
La Cruz Roja libanesa dijo haber atendido sobre el terreno a 45 personas –manifestantes y policías–, en un balance comunicado a la AFP.
“28 personas fueron trasladadas a hospitales”, agregó el director de la organización, Georges Kettané.
En un comunicado publicado este lunes, las Fuerzas de Seguridad Interior (FSI) indicaron por su parte que 29 policías resultaron heridos durante los disturbios de la víspera.
El exjefe del gobierno, Saad Hariri, dimitió el 29 de octubre bajo la presión de la calle, pero las maniobras políticas se suceden desde entonces.
Los manifestantes rechazan abandonar las protestas y reclaman, de manera infatigable, un gobierno de tecnócratas independientes de los partidos del poder
Con información de AFP