La otra cara: “Madrugada la ‘operación alacrán'”, por José Luis Farías

La otra cara: “Madrugada la ‘operación alacrán'”, por José Luis Farías

José Luis Farías @FariasJoseLuis

 

La navidad es el momento más hermoso del año. Sirva este regocijo navideño para fortalecer nuestra fe y esperanza aún en las circunstancias más deplorables a las cuales nos han sometido separando nuestras familias y destruyendo nuestras condiciones de vida, celebremos estas pascuas sin olvidar nuestro compromiso de lucha.

La represión de la dictadura contra los diputados de la Asamblea Nacional por medio de amenazas, persecuciones, arrestos y sobornos está claramente dirigida a impedir la reelección de Juan Guaidó como presidente del poder legislativo el próximo 5 de enero de 2020.

Su ferocidad se ha intensificado a medida que se acerca la fecha de marras, como lo comprueba la detención del diputado Gilber Caro y la extensión de las persecuciones a otros parlamentarios como Yanet Fermín y Jorge Millán con asedios directos a sus hogares.

Esta cruel andanada que ya incluye 30 diputados en el exilio, varios en la clandestinidad y dos en prisión, ha creado una atmósfera de incertidumbre en los ciudadanos en torno a la posibilidad de la ratificación de Guaidó al frente del órgano legislativo.

Actitud fortalecida por el manejo noticioso del régimen de cuanto sucede para sembrar las matrices de opinión cocinadas por el G2, difundidas en intimidantes y cínicas ruedas de prensa de Jorge Rodríguez responsabilizando a los legisladores de conspiraciones y acciones delictivas.

No pocos venezolanos, ante la diabólica arremetida de la dictadura para doblegar el coraje y comprar la dignidad de los parlamentarios, dudan si es posible que ese día las fuerzas democráticas puedan imponer su mayoría para reelegirlo.

La vacilación ha sido tal que notorios opinadores y hasta comunicadores sociales bien informados no ocultan tampoco su recelo, contribuyendo con ello a extender el manto de perplejidad en toda la sociedad, tal cual suele suceder en las naciones bajo control hegemónico de las comunicaciones.

En las redes sociales se multiplican los ataques y los fake news de los bots de la dictadura destruyendo la confianza en el movimiento democrático y escandalizando los casos de los legisladores sobornados para fusilar moralmente a la Asamblea Nacional.

También se suman a ello muchos sujetos indeseables que, presentándose como opuestos al régimen, su única labor es intentar destruir a Guaidó y a la Asamblea Nacional, como si fueran los culpables de la calamidad que azota al país, llegando incluso al bochorno de hablar del “madurismo-guaidoismo” para igualar estúpidamente a Guaidó con el dictador.

Algunos de ellos descaradamente encampañados en defensa de los diputados “maletineados”, porque supuestamente no se han exhibidos pruebas suficientes que comprueben que vendieron su dignidad por unos cuantos dólares o euros y los presentan como puros “disidentes” que habría que respetar.

El propósito de crear este estado general de duda es abonar el terreno para que cualquier acción emprendida por la dictadura el 5 de enero impidiendo la reelección de Guaidó, sea vista por todos como algo natural, un simple producto de la caída de su popularidad y de la presunta naturaleza corrupta de la oposición.

Afortunadamente, el martes 17 de diciembre, la Asamblea Nacional aprobó el voto a distancia de sus integrantes para obstaculizar cualquier acción delictiva de la dictadura con el objeto de evitar la reelección de Guaidó y la designación del resto de la directiva del entente legislativo.

Un decisivo acto de audacia que tuvo a bien realizar la Asamblea Nacional en medio de retiros esperados, ausencias inexplicables y ciertos y curiosos refunfuños de algunos por la comprensible forma sorpresiva -no podía ser de otro modo- en que se produjo la decisión votada por 93 diputadas.

Como era de esperarse, esta modificación del Reglamento de Interior y Debate fue objetada ante el TSJ ilegítimo por tres diputados ex-opositores, dos de ellos acusados de “maletineados”, incluido uno al cual se dice que el hampa le birló veinte mil dólares y otro que nadie le ha conocido una acción en el parlamento, lo cual permitió una sentencia express del TSJ desconociendo la decisión, acción rechazada de inmediato por la Asamblea Nacional.

La decisión tomada por la Asamblea Nacional y el compromiso de lucha de la gran mayoría de los diputados es un madrugonazo contra la “operación alacrán” de la dictadura que será garantía suficiente de una nueva victoria el próximo 5 de enero contra la tiranía.

Resta esperar una rectificación de la estrategia en boca del presidente Guaidó para renovar la voluntad ciudadana y seguir librando en la calle las luchas que nos faltan.

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