El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusado de corrupción en varios casos y en campaña para las legislativas de marzo, solicitó el miércoles la inmunidad al Parlamento.
Los abogados del primer ministro presentaron la solicitud de inmunidad al presidente del Knéset (Parlamento israelí), dijo Ofer Golan, portavoz de Netanyahu.
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Más temprano, Netanyahu había anunciado en una conferencia de prensa su intención de solicitar la inmunidad, “de acuerdo con la ley”, para continuar -añadió- al servicio del país.
“Netanyahu sabe que es culpable”, reaccionó inmediatamente Benny Gantz, gran rival del primer ministro, en rueda de prensa.
Para el ex general al frente de la formación centrista Kahol Lavan (“Azul-Blanco”), esta petición de inmunidad es un claro intento de Netanyahu de evadir la justicia.
El partido Kahol Lavan hará todo lo que pueda para “impedir la inmunidad” de Netanyahu, declaró Gantz. Y agregó: “en Israel, nadie está por encima de la ley”.
El 21 de noviembre, el fiscal general Avichai Mandelblit inculpó a Netanyahu por “corrupción”, “malversación” y “abuso de confianza” en tres casos diferentes, lo que el primer ministro rechaza y califica de “cacería de brujas”.
El fiscal le dio hasta el 2 de enero para presentar una solicitud de inmunidad.
La ley israelí estipula que todo ministro que sea procesado penalmente debe dimitir, pero no se aplica al primer ministro. Aunque Netanyahu puede permanecer en el cargo, no goza de inmunidad de la justicia, por eso la solicitó al Knéset.
– “Trampa” –
Esta demanda debe ser evaluada primero por una comisión parlamentaria, pero como el Parlamento se disolvió con miras a las elecciones legislativas del 2 de marzo -las terceras en menos de un año en Israel-, la solicitud de Netanyahu tendrá que esperar el resultado de la próxima votación para ser estudiada.
Tras las elecciones anticipadas de abril y septiembre, ni Netanyahu ni Gantz lograron reunir el apoyo de 61 diputados, que es el umbral de la mayoría parlamentaria para formar un gobierno.
El presidente Reuven Rivlin tuvo entonces que confiar esa tarea al Parlamento, que tampoco pudo hacerlo, precipitando al país hacia una nueva elección.
En diciembre, Netanyahu anunció que dejaba sus cargos de ministro -de Agricultura, de la Diáspora y de la Salud- que ejercía junto con el de primer ministro, pero precisó que seguía siendo jefe de gobierno.
El domingo nombró al ultraortodoxo Yaakov Litzman ministro de Salud.
Juristas pidieron al Tribunal Supremo que se pronuncie sobre el derecho de Netanyahu a recibir del presidente israelí el mandato de formar un gobierno a pesar de los cargos que se le imputan.
Un panel de tres jueces de la Corte comenzó el martes a estudiar este asunto, sin precisar cuándo darán a conocer su decisión.
“No imagino ni por un instante que la Corte Suprema de Israel caiga en esa trampa. En una democracia, solo el pueblo decide quién puede dirigirlo y nadie más”, escribió el martes el primer ministro en Twitter.
A pesar de sus problemas con la justicia, Netanyahu, de 70 años, ganó la semana pasada las primarias de su partido, el Likud, con más del 72% de votos.
Y los primeros sondeos de cara a la votación del 2 de marzo indican que los votantes israelíes mantienen sus preferencias iguales, en principio una vez más entre el Likud y Kahol Lavan.
Con información de AFP