Creo en los héroes, he conocido varios en mi vida. Algunos tienen personalidades fenomenales, electrizantes, cautivadoras; otro no. Un héroe con personalidad electrizante o sin ella hace cosas excepcionales, que el común denominador de las personas no haría jamás. Básicamente, es ello lo que distingue al héroe: su hazaña, es decir, su acto extraordinario, único, irrepetible…, el acto que los distingue de los demás.
El héroe y el carisma
Una personalidad electrizante puede o no ser un héroe, no todos los hombres carismáticos son héroes, la heroicidad no la detenta quien se expresa con elocuencia o lucidez. Hace falta más para ser un héroe, hace falta riesgo, sacrificio, excepcionalidad, desafío, temple para completar hazañas. Personas inimaginadas son héroes. No hace falta alardear para ser un héroe, hace falta coraje. Por sus actos los conocerás, no por sus palabras.
El héroe y su tragedia
Desde la antigüedad los héroes han sido personalidades trágicas, su vida siempre está acompañada de alguna tragedia. Por lo general, los héroes son despreciados, incomprendidos, desconocidos, rechazados o mal queridos, sea en la ficción como Aquiles o en la realidad como Bolívar. Insisto, un signo distintito del héroe es su tragedia. No lo olvides, siempre la tiene.
El héroe y la derrota
El héroe no siempre triunfa, muchas veces es derrotado. Sin embargo, lo paradigmático e inspirador de su derrota transforma al mundo. Cristo, por ejemplo, fue humillado y crucificado pese a ser un predicador del bien. Resistió un vía crucis, su ejemplo espiritual y su moral cambiaron al mundo. Todo es antes o después de él. Hay muchos ejemplos, pienso en Oscar Pérez. La moral en un mundo depravado es heroica.
El héroe y la victoria
No todos los héroes son derrotados. Churchill venció al nazismo en Europa y el ex presidente Álvaro Uribe –¿el Churchill latinoamericano?– logró enfrentar y vencer –él solo– al chavismo en América Latina: Chávez, Evo, Castro, Correa, Ortega, Lula, Kirchner, la guerrilla y el narcotráfico no pudieron con él. Triunfaron Churchill y Uribe, pero insólitamente no se les reconoció unánimemente sus hazañas. Es trágico. Sólo el tiempo y la historia premiarán sus victorias.
El héroe y la gratitud
El mundo es mejor porque existen héroes. La civilización es civilización en gran parte por hazañas de héroes. Qué inspira, motiva y determina a un héroe es difícil de comprender, sobre todo en el entendido de que el vulgo, el común y corriente de los hombres los desprecia y reprocha. La ingratitud es otra afrenta que padece un héroe. Su mayor gratitud, quizá la única, es su conciencia; ella es suficiente para un héroe, por eso lo es.
El héroe en Venezuela
Contra el chavismo han surgido muchos héroes. Estoy convencido de que sus hazañas –pese a la ingratitud, desprecio o desconocimiento de muchos– serán recordadas. Presos de conciencia, activistas, artistas, políticos, empresarios, periodistas, han dado y dan todo para combatir la tiranía. Para mí, muchos diputados –no todos, obviamente– son héroes, los han perseguido, humillado, golpeado, encarcelado y torturado y siguen luchando. A algunos los han tratado de sobornar y no ceden al chantaje. Insisto, muchos son héroes, espero que lean esto y lo sepan. No importa lo que digan los ingratos, importa lo que diga su propia conciencia y debe estar tranquila.
Su conciencia y la historia. Ellas los recompensarán…
@tovarr